- jajajaja Te Atrapé Campeón- Fernando cargó a Jose Miguel- Mira Bonita... Bonita?... Lucero?
- Si Dime.
- estas Bien? Estas pálida, pasa algo con el Bebé?
- No. qué me decías?
- Algo te pasa, te ves preocupada.
- Nada Mira, es que estaba recordando qué me hacía falta por comprar.
- Segura?
- Si Mi Cielo. - Fernando la observó, colocó el niño en la parte superior del carrito del mercado y se dirigieron a la caja. Lucero no dejaba de Acariciar su vientre, Fernando se le acerca y al oído le dice:
- No te Creo lo de las Compras, en la casa hablamos bien.- Lucero se tornó algo enojada con la ultima frase de ese comentario, rápidamente Sacó al niño del carrito de mercar:
- Esta Bien! Te Espero en el auto.
- Espera ya falta poco.
- Te Espero en el auto, permiso.
La Cajera solo los observaba, la pequeña discusión fue notoria, a los pocos minutos, Fernando llegó al auto, acomodó el mercado en la cajuela, Lucero estaba leyendo un libro y Jose Miguel estaba en la silla de atrás.
- Por que te Enojaste?
- No me enojé.- Respondió ella sin quitar su mirada de las paginas del libro.
- Y me lo dices así en ese tono, claro qué estas enojada.
- Es que ando sensible y todo lo que me dicen lo tomo en son de pelea.
- Jajajaja los cambios hormonales?
- No te burles y vámonos, Jos debe llegar a comer.
- Y nosotros a hablar.
- No se te ha olvidado eso?
- No, así que vamos.
Durante el camino reinó el silencio, Lucero iba concentrada en su libro, José Miguel se había quedado dormido y Fernando solo se limitaba a conducir.
- Que pasó Con Lucero?
- Pues Se asustó muchísimo cuando me vió.
- Y de su embarazo, que averiguaste?
- No Mucho, pero debe tener como unos 5 o 6 meses de embarazo.
- Rebeca, que pretendes hacerle a los niños?
- Mientras Lucero esté viva ellos serán mi arma para verla llorar, Alonso me ayudará con eso
- Pero...
- Tranquila, que ellos seguirán vivos.
Al llegar, Fernando llevó las bolsas del mercado a la cocina mientras Lucero acostaba a Jose Miguel. Luego ambos se dirigieron a la habitación, Ofelia y Mauricio los notaban extraños:
- Les pasará algo a los patrones?
- No lo sé, pero parece cómo si Mi niña viniera enojada.
- Si, Eso También lo noté.
- Bueno, deja de chismociar, pareces vieja.
- Pero Señora Ofelia, es que me interesa el estado de animo de la Señora.
- Y eso por qué o qué?
- No pues porque... pues por... por su embarazo. Digo, ella debe estar calmada.
- Y lo está, no te preocupes, así que vete ya para tu casa, ya terminó tu horario.
- Sigues enojada? - Preguntó Fernando mientras se quitaba su camisa.
- No, ya te dije que no estoy enojada.
- Pero no hablaste en todo el camino.
- Venía leyendo.
- Me estas ocultando algo?
- Claro que No!! Ya te dije que debe ser porque ando sensible.
- No te Creo, ni creo eso de las compras, estabas pálida en ese momento.
- Ay Ya Fernando, me quiero acostar, estoy cansada.
- No no te vas a dormir.- Fernando se sentó en una orilla de la cama, dándole la espalda a Lucero quien estaba sentada en la otra orilla- Me preocupo por ti, no te das cuenta, siento cómo si me estuvieras ocultando algo.- Lucero se volteo, observo a Fernando, se dio cuenta que estaba siendo algo dura con él, Gateo por encima de la cama hasta llegar donde él estaba.
- Sé que te preocupas por mi, pero debes estar tranquilo, nada malo nos sucederá.- Besó su espalda, él se volteo y sonrió.
- Te Amo Bonita, Y no quiero perderte nunca, me moriría donde te pasara algo a ti o alguno de mis hijos. - Ella se levantó de la cama, se puso de pie dándole la espalda, su enojo se convirtió en deseo, tomó su cabello y lo puso a un lado de su rostro, y así de espaldas y de pie, dice con un tono de voz susurrante
-Hazme el amor. - Fernando sonrió, se levantó y la abrazó por detrás, besó su cuello, le quitó la blusa de la pijama que minutos antes ella se había puesto, él detrás de ella no dejaba de acariciarle el vientre.
- Durante tantos meses y aun siento que le puedo hacer daño al bebé.
- Sabes que no, piensa en mi, en ti, en nosotros, hazme el amor es lo único que te pido.
- Eso también se debe a los cambios hormonales?
- Jejejee No...
- Tranquila Mi Vida No tienes que Pedirlo - Fernando continua besándola, ella solo sonríe, voltea, él comienza a besarle el pecho baja lentamente por su vientre sin dejar de besarlo, el se quita el pantalón rápidamente, poco a poco se acomodan en un sillón en el cuarto, él se sienta primero, ella se acerca y se sienta a ahorcadas sobre él, los besos eran incontables, Lucero acaricia lentamente el pecho de Fernando, ella toma la decisión, era ya el momento que ambos deseaban, Los movimientos eran controlados por ella, lo que no podían controlar ninguno de los dos era el sudor de sus cuerpos, la respiración de Lucero estaba acelerada al igual que la de Fernando:
- No les estoy haciendo daño?
- No, No, sigue.
Fernando la carga y la lleva hasta el borde de la cama, ella cae bocarriba y él arrodillado frente a ella, continua llenándola de placer, amándola como solo él lo sabe hacer. Al finalizar, estaban acostados, abrazados, ella de espaldas a él, Fernando tenía posada su mano en el vientre de Lucero.
- Estas Bien?
- Claro que si, cómo no estarlo después de hacerme sentir como me haces sentir.
- No les hice daño?
- No Mi Cielo, cada vez que hacemos el amor me preguntas eso.
- Es que me preocupo por ustedes.
- Lo Sé, pero te dije que esto no nos hace daño, sólo debemos tener cuidado de cómo hacerlo para no molestar al bebé.
- Esta Bien. - Fernando Besó la mejilla de Lucero, y así abrazados se quedaron dormidos.
Al siguiente día José Miguel se levantó llorando, Fernando lo escuchó y fue a revisar que pasaba con su hijo, Salió de su habitación dejando la puerta medio abierta, Lucero había quedado durmiendo, dormía con sus piernas y sus brazos al descubierto, en ese momento pasa Mauricio, quien había entrado a buscar un mantel que Ofelia Necesitaba, él se detiene y la observa, su mirada estaba fija en las piernas de su patrona, estaba deslumbrado, aun estando ella embaraza no dejaba de ser espléndidamente hermosa.
- Qué haces ahí?!
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