lunes, 20 de octubre de 2014

Capítulo 94:

-Silvia!!! Por favor!!!
- Quédate ahí Silvia no te acerques más – Le Ordenó Alonso.
- Es solo un Momento – Reprochaba Lucero.
- Te dije que solo los ibas a ver por un momento.
Silvia sin pronunciar palabra, solo con el movimiento de sus labios le dijo “Perdón”, se dio vuelta y se fue con el bebé en brazos.

Fernando y Mauricio llegaron de nuevo a la Hacienda, ambos comenzaron a reunir a los trabajadores para que les ayudaran en la búsqueda de Lucero y los niños.
- Antes de seguir con esto, Insisto que debe llamar a la ciudad de Mexico.
- Si tienes razón.- Fernando llamó a Don Antonio, esta vez contestó:
- Fernando que sorpresa!!!
- Don Antonio, no le tengo muy buenas noticias.
- Qué pasó?
- Lucero y los niños…
- Habla Fernando que pasó con ellos?
- Desaparecieron.
- Cómo??? – Fernando le explicó resumidamente a Antonio lo que sucedió, inmediatamente el Padre de Lucero llamó a Margarita, ambos se marcharon para el pueblo junto al otro guardaespaldas.

Alonso de nuevo vendó los ojos de Lucero y se la llevó para el cuarto.
- Qué Pretendes al hacer esto?
- Tenerte cerca.- le decía mientras la soltaba y le destapaba los ojos.
- Imposible, de esta manera no conseguirás nada.
- Ya lo Conseguí, te estoy viendo, te puedo tocar…
- Ni se te ocurra ponerme una mano encima.
En ese momento llega Rebeca:
- Vete Alonso debo hablar con mi amiga. –Alonso saltó las muñecas de Lucero y se marchó.
- Tu Amiga?
- Eso decías ser cuando estudiábamos juntas no?
- Eso creía que eras, Una amiga.
- Lucero, Lucero, Lucero, ahora entiendes el Por qué de mi Pregunta? Qué dices ahora, Fernando o tus Hijos?
- Qué buscas al hacerme esa pregunta?
- Solo Responde.
- Ya tienes a mi hijos aquí, para que me pones a elegir.
- Si decidías que Fernando, te ibas tú y juntos podían buscar a sus hijos; pero si decidías por tus hijos, ellos quedarían libres.
- Decido por mis hijos.
- Ya es tarde Lucerito. Es Tarde!!!
- Por qué me haces esto?
- Porque te odio.
- Qué te hice para que actúes así?
- Nada…
- Entonces?
- Siempre lo tuviste todo, siempre fuiste la niña perfecta, Lucerito la niña rica, la niña buena, la niña más linda.
- Por eso?
- Te parece poco, siempre fui tu sombra, me conocían porque era amiga de la popular.
- No es mi culpa, nunca te desprecie, nunca me deje deslumbrar por mi situación económica, por el contrario siempre te brinde mi ayuda.
- Pero yo no quería tu ayuda, quería todo lo que tenías.
- Por eso te metiste con Manuel!!!???
- SI, si Lucero por eso, quería que él fuera mío, cuando me casé con él pensé que ya había logrado obtener todo lo que tu querías, nos fuimos para New York y todo iba muy bien, hasta que a Manuel se le ocurrió la idea de regresarnos a México.
- Eso tampoco fue mi culpa, Manuel reapareció en mi vida cuando yo ya estaba con Fernando, al fin y al cabo ya habías obtenido lo que querías, por qué la obsesión de arruinarme la vida?
- Porque tú eres una maldita sombra de mi pasado.
- Eso lo debería decir yo y no lo hago porque mi sombra se despejó cuando apareció Fernando en mi vida.
- Él sabe de tu aborto?
- Tú como sabes eso?
- Tu Medico me lo contó creyendo que yo te podía ayudar…
- Eres una… Lucero se levantó para tratar de cachetear a Rebeca pero sus fuerzas no se lo permitieron, por el contrario Rebeca la empujó cayendo al piso, golpeándose la cabeza y quedó inconsciente.

Fernando, Mauricio y los trabajadores se distribuyeron por el pueblo y por las afueras de este en búsqueda de Lucero y los niños. Recorrían a caballo los lugares cercanos, lo que no sabían es que la pequeña casa donde estaba capturada Lucero estaba bastante alejada, no conocían de su existencia.
- Donde puedes estar mi bonita, dónde?, Dios dame fuerzas, ayúdame a encontrarlos.

Rebeca salió del cuarto, llegó hasta donde estaba Silvia con los niños:
- Ya hablaste con Lucero?
- Si, pero la muy tonta trató de cachetearme y la empujé, creo que se golpeó la cabeza.
- Y por qué no le dices a Alonso?
- Alonso la quiere viva, yo no.
- Esto ya no me está gustando.
- No seas Imbécil Silvia.
- Rebeca, pero esto ya está fuera de nuestras manos, mira estos niños, ellos no tienen la culpa de nada, qué ganas con tenerlos aquí? – Rebeca se quedó observando los niños, José Miguel dormía y Rafael le sonrió estando en los brazos de Silvia.
- Son sus hijos, eso.
- Querías ser madre? – Rebeca se quedó pensativa, sus ojos se llenaron de lágrimas, se volteó.
- NO!- Se marchó.

Don Antonio y Margarita llegaron a la Hacienda, El guardaespaldas que iba con ellos había llamado a un grupo especializado. Ya estaba llegando la Noche, en la hacienda no estaba Fernando, Mauricio llegó y los encontró a todos en casa.
- Don Antonio qué bueno que vino con ellos.
- Tu compañero los contactó. Y Fernando?
- No lo sé, él se fue por la montaña, a mí me envió para el pueblo.
- Qué han sabido de mi hija y mis nietos?
- Nada, desaparecieron en medio de la tormenta de anoche.
- Ya es muy tarde y Fernando no aparece.- Margarita se acerca e interrumpe.
- Mi Hijo no creo que se dé por vencido, ama tanto a tu hija que hasta no encontrarla no creo que regrese. Pero me preocupa.
- Si, debemos enviar a algunos de los hombres para que lo busquen.

Rebeca ató a Lucero en sus muñecas con una cuerda colgada del techo, poco a poco comenzó a despertar, el golpe y el no haber comido nada durante el día la tenían mareada, no lograba ver bien, no detallaba bien las cosas, veía borroso. Rebeca se marchó y fue por Rafael, regresó con él en brazos. Lucero logra recobrar la consciencia:
- Qué haces con Rafael?
- Te lo traigo para que vea a su mami.
- No Le hagas Daño- Lograba Pronunciar Lucero con su voz cansada.- No te hagas la Sorda, entrega a mis hijos, haz lo que quieras conmigo pero a ellos déjalos libres.
- Eso quieres?
- Por Favor!!!
- Suplícame.
- Mírame Rebeca como estoy, atada, hambrienta, Sin fuerzas, lo único que quiero es que dejes ir a mis hijos.
- Suplícame!!!! Te dije.
- Por Favor Rebeca, Te lo suplico.
- Voy a pensarlo…
- Rebeca, Rebeca… No los dejes morir, no les hagas daño.- Rebeca se volteó y se marchó, en ese momento llega Alonso con algo de agua y comida que tenían en la camioneta.
- Donde tenías al niño?
- Con su madre.
- y que le dijiste? la estabas atormentando?
- No va a salir viva de aquí, que lo disfrute sus últimos momentos. Hablando de eso, cual es el plan ahora Alonso?, cuando le dispararás a Lucero?
- No he pensado en eso.
- La idea es que muera, no?
- Voy a comer algo, déjame pensar.


Ya era de noche, la oscuridad no dejó avanzar mucho a Fernando, se bajó de su caballo y a pie lo guiaba con su cabestro, logró visualizar las luces de un lugar algo alejado.

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