jueves, 27 de noviembre de 2014

Capitulo 105:

Silvia llegó a su casa, sus padres como siempre estaban de viaje, abrió su refrigerador y encontró una botella de vino, la sacó y se sirvió una copa, cada uno de los recuerdos de cuando conoció a Fernando venían a su mente, ella cogió su celular y comenzó a ver las fotografías que tenía guardadas, en una de ellas estaban todos sus compañeros de primer semestre de la Universidad, y ella estaba junto a Fernando y Cristian, se sale de su galería y comienza a marcar un número.

Fernando y Lucero ya dormían, ambos desnudos, abrazados como si fueran uno solo, las sabanas solo cubrían sus partes íntimas, el celular de Fernando comienza a timbrar, él se gira y como pudo cancela la llamada.
- Quién era?- Preguntó Lucero entre dormida.
- No sé, Ni Miré.- Él la abraza fuerte y retoman el sueño.

Silvia no insiste, de repente suena el timbre de su casa, abre la puerta y ahí estaba Cristian.
- Tú qué haces aquí?
- Supe que habías tenido un viaje, vine a saludarte.
- Claro, entra.
- Y estás sola?
- Si, como tú lo sabes, mis papás poco están en México, llegué hace unos minutos y ya ellos no estaban. Pero dime qué te trae por estos lares? – Cristian se fijó en la botella de vino.
- No sé, me entró la idea de visitarte, y ahora que veo eso por qué no compartir un poco de vino.
- Jajajajaja.
- Qué haces tomando sola?
- Para matar esquirlas de amor.
- Uuuuuuh … eso es por Fernando?
- No te lo voy a negar, bueno te voy a contar que sucedió estos últimos días, específicamente, este laaargo fin de semana.- Silvia narró los hechos, Cristian escuchaba con atención y se sorprendía de vez en cuando.
- Cómo qué murieron?
- Si, lastimosamente Mauricio y Rebeca murieron.
- Bueno me duele por Mauricio pero por la arpía esa, no.
- Cristian!!!
- Pero es la verdad, además por ella es que estuviste a poco de caer en la cárcel. Y Ahora que sientes por Fernando?
- Acepto que esté con Lucero.
- Pero te hablé de tus sentimientos, no de aceptación- Ya estaban que terminaban la Botella
- Cristian, dejemos eso atrás, quiero seguir con mi vida, no hacerme daño con recuerdos, Fernando fue como una ilusión solo eso, y eso ya lo entendí.
- O sea que puedo confesarte algo?
- Cómo qué?
- Como que desde hace mucho mi corazón siente mas que una ilusión por ti.
- Qué?
- Si Silvia, no quería aceptarme a mí mismo que eso del bicho del amor me estaba picando, siempre me has gustado pero por tu “amor” por Fernando me abstuve de decírtelo, pero ya me decidí a abrirte mi corazón.- Cristian se acerca a Silvia y la besa, ella no se niega, los besos continuaron, y aquel sofá donde se encontraban, se convirtió en un lecho donde se dejaron llevar por la pasión, el deseo y el vino, la noche transcurrió.

Al otro día, Fernando abre sus ojos y ahí estaba el rostro de su Bonita, ese rostro angelical que tanto le gusta detallar, acariciándole el cabello le da un tierno beso en la frente, Lucero lentamente abre sus ojos y le sonríe:
- Cómo amaneciste Bonita?
- Muy Bien. Muy muy muy Bien.
- Wow y a qué se debe tanto bienestar?
- A Una noche explosivamente apasionada.-  Fernando sonríe y la aprisiona en su pecho
- Te Amo Lucero y nunca me cansaré de decírtelo.
- Y Yo a ti mi Cielo, Te Amo demasiado.- Le da un apasionado beso y se levanta de la cama enrollada en las sábanas.
- Para dónde vas?
- a Ducharme.
- Y por qué no me invitas?
- Mmmmm está bien, ven.
- Jajajaja pero con invitación formal Señora de Colunga.
- Jajajajaja, así?- Lucero se pone de espaldas y deja caer las sábanas que la cubrían. Fernando se levanta, corre y la abraza por detrás, desnudos llegan a la ducha, los besos, las caricias y los juegos entre ellos no se hicieron esperar, de repente suena el timbre.
- Aaaaay Nooo, No abramos.
- Mi Cielo puede ser algo importante.
- Si lo es timbrará de nuevo. – Ellos continuaron besándose, pero el timbre de nuevo sonó.
- Escuchaste?.
- Está bien, iré a abrir. – Fernando puso una toalla en su cintura y con otra se iba secando el pecho y el cabello. – Ofelia y tus llaves?
- Se me quedaron en tu camioneta. Me Ayudas con Rafael, si que está pesado!!
- Jajajaj si claro- José Miguel entró corriendo, luego de saludar a su papá llegó hasta la sala de Televisión, ahí se puso a ver sus caricaturas favoritas, Ofelia pasó para la cocina y se encontró con la ropa tirada. Fernando se llevó al bebé para la habitación, Lucero se estaba poniendo crema de manos.
- Mira Bonita quien está por aquí.
- Hola Mi Pequeño Príncipe.- Lo cargó y comenzó a juguetear con él- Ya llegó Mi Nana?
- Si, dejó sus llaves en la camioneta por eso timbró, José Miguel está viendo la Tele.
- Ahora que termine de alistarme voy a saludarlos.
- Bonita!!!
- Dime.
- Creo que algunas cosas no quedaron en su lugar después de lo de anoche.
- Cierto!!! Qué Pena… jajajajaja.

Ofelia vio el centro de mesa en el piso completamente destrozado
- Dios bendito! qué es todo este desastre?.- Ella continuó su camino a la cocina, ahora se encontró con la jarra rota- pero que pasó aquí? -, y vio tirada la blusa y el jean de Lucero- Ah ya estoy entendiendo, estos muchacho no los puede dejar uno solos porque arman un cataclismo.

Silvia se despierta y se ve abrazada de Cristian:
- Dios mio!!
- Qué pasó?
- Eso te pregunto, qué pasó anoche?
- Lo que tenía que pasar.
- No No Cristian, estas consiente que lo pasó no está bien.
- Por qué? Por qué aun amas a Fernando?
- Noooo, no es por eso, es porque debes estar pensando que soy una…
- Una mujer que necesita de alguien que la ame, la valore.
- Cristian, lo que pasó…
- Mira Silvia lo que pasó, pasó, ahora debemos asumir nuestras responsabilidades, no somos unos adolescentes y sabemos muy bien lo que sucedió, Para mi lo de anoche ha sido una forma de demostrarte que lo que siento por ti es real, no sé para ti que se haya significado.
- No lo sé, estoy confundida - Cristian la abrazó y ella respondió a ese abrazo.
- Tranquila, si quieres te dejo sola para que lo medites, voy a cambiarme y me voy.
- No, Quédate, si quieres podemos hacer un desayuno juntos.
- Segura?
- Si, Te quedas?
- Si- Ambos sonrien.

Lucero y Fernando salen de la habitación con Rafael en brazos:
- Dónde está Mi Otro Príncipe?
- Mamiiiiii
- Cómo estás?
- Muy Bien, mi abuelito me regaló una chupeta grandotota grandotota, y jugué con unas laminitas que tiene y Rafael se quedó dormido tooooda la noche.
- Wow y le diste las gracias a tu abuelo?
- Siiiii Mami, Mami por qué no te quedaste con nosotros donde mi abue y con mi papá?
- Porque tenían cosas por arreglar, cierto Mi Niña?- Comentó Ofelia, doblando la ropa de Fernando, Fernando soltó la carcajada y Lucero cambió de colores.
- Mami, por eso?
- Si príncipe. Pero hoy vamos a estar juntos toooodo el día.
- Sí Papá?
- Si Campeón, vamos a jugar con tu hermanito y vamos a hacer carreras.
- Pero mami ya no te vas a enfermar mas?- Lucero volteó a mirar a Fernando, él abrió sus ojos.
- Mira Campeón, ya Mami está mejor, debemos ir al doctor para que la revise y nos diga que es lo que tenía.- Fernando le daba el desayuno a José Miguel y Lucero el biberón a Rafael, Ofelia estaba acomodando el apartamento. Los niños se quedaron jugando, Lucero y Fernando fueron y se sentaron en la sala:
- José Miguel te hizo una pregunta que me dejó pensativo.
- Cual? Mi Cielo.
- Cómo te has sentido?
- De los mareos?
- Ajá, si.
- Pues desde la pequeña discusión de ayer no he sentido ninguno.
- Segura?
- Si, Mi Cielo, Segura.
- Pero es mejor que te revise un médico, y hoy no vas a formar pataleta.
- Jajajajaja, Bueno pero sin regañarme, jajajaja.
- Jajajaja, te estoy hablando en serio y sales con eso jajajaja.
- Jajajajaja.
- Bonita.
- Ajá?
- Hace cuanto que no te baja tu periodo?
- Pues… eeeeh… es que sabes bien que no soy muy regular.
- Si eso lo sé, pero nunca te pasas muchos días.
- Mi Cielo que estás pensando?
- Haber pensemos, No nos hemos cuidado desde hace algunos meses, tus mareos no soy muy normales y estás atrasada en tu periodo menstrual. Ah y has tenido cambios hormonales.
- Tonto!!! Eso Ultimo No.
- Jajajaja Pero el resto?
- Fer! Será que… Fernando por Dios!!!
- Cabe la posibilidad, Bonita.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Capítulo 104:

"Capítulo dedicado a Las Lucerinas Colombianas... Algunos de sus consejos los he tenido en cuenta, creo que mi mente es un poco más sana que la de ustedes jjajajaja"

Lucero no es una mujer celosa pero al ver a Fernando abrazado de Silvia le removió algo que era inexplicable, tapó su boca con sus dos manos, no quería llorar pero sus lágrimas recorrieron sus mejillas, se recostó en la cama y se abrazó a su almohada. Fernando y Silvia terminaron de hablar, luego él subió a la habitación, Lucero estaba acostada dando la espalda, ella escuchó la puerta y se hizo la dormida.
- Lucero aun estas enojada?- Se acercó a ella pero no encontró respuesta.- No quiero que estemos así. Oye Bonita! – La miró de frente y notó que estaba “descansando”. Salió y cerró la puerta con cuidado, ella abrió los ojos, se levantó nuevamente y comenzó a empacar su maleta, no la terminó de alistar, dejó algo de ropa tirada en la cama y salió al cuarto de los niños, al entrar allí encontró a Silvia
- Hola Lucero, ya te veo mejor!!
- Silvia puedo estar a solas con mis hijos?
- Claro.
- Gracias- Lucero con su mano le señaló la puerta y Silvia salió.- Dios mio por qué Silvia no se ha ido para su casa?- En ese momento iba entrando Ofelia,  José Miguel se había quedado dormido en su cama, estaba agotado de jugar y a Rafael lo cargó su madre en sus brazos.
- Mi Niña!!! Cómo te sientes?
- De salud un poco mejor.
- Y del resto?
- No Lo sé Nana, no sé qué hace Silvia aún aquí
- Fernando le dijo que se podía quedar mientras nosotros aun estuviéramos aquí.
- Aaaa siii?, Mmmm que bueno saberlo.
- Pasa algo?
- No nada, y mi Papá?
- Él se fue para la capital muy de mañana, antes que te diera el mareo él ya había salido.
- Y por qué Silvia no se fue con él?
- No Lo sé, debe ser por lo mismo, porque Fernando le pidió que estuviera con los niños.
- Y es que acaso no estás tú o Margarita? Ella no es necesaria aquí.
- Lucero que sucede?
- Nada. Me llevo a Rafa para mi cuarto. Estaré pendiente si Jos se despierta.

Silvia estaba en la sala cuando Margarita se sentó con ella,
- En qué piensas?
- En las vueltas que da la vida, por un tiempo quise separar a Fernando y Lucero a como diera lugar y al Final terminé uniéndolos mas.
- Y te sientes mal por eso?
- No, al contrario, me he dado cuenta que ese amor tan puro que ellos se tiene nadie puede dañarlo.
- Qué harás con tu vida?
- Gracias a que Fernando no me denunció, puedo seguir con mi carrera, la terminaré y me iré de la cuidad por un tiempo, creo que ha de ser lo mejor, sé que me voy a seguir encontrando con Fer en la universidad, no muy seguido, pero debo tener límites para evitar más problemas.
- Te entiendo, y en cuanto a tu vida amorosa?
- Jajajaa no lo sé, creo que algún día llegará la persona indicada.

Lucero entra en la habitación y Fernando tiene una de sus blusas en la mano:
- Qué significa esto?
- Que estaba empacando!!
- Si, eso lo sé
- Entonces por qué preguntas?
- Qué te pasa? Por qué te estás comportando de esta manera?
- Cómo? Como una niña?
- Exacto!
- Aaaah Ahora la niña soy Yo!
- Lucero no mal interpretes las cosas.
- No estoy mal interpretando nada, eso dijiste o no?
- Deja de estar a la defensiva, ven llevo a Rafael al cuarto, no me gusta hablar de esta manera delante de los niños.
- Yo lo llevo.
- Está bien.- A los minutos regresa Lucero y llega hasta la cama, siguió empacando y Fernando salió del baño.
- Me puedes decir qué estás haciendo?
- Ya te había dicho, Empacando, no ves?- Fernando cogió la ropa de las manos de Lucero con fuerza,  y la lanzó las prendas a la cama.
- Bueno YA!! Que te pasa?
- No me alces la voz.
- No te estoy alzando la voz, solo quiero dialogar contigo y tú estás a la defensiva, será que puedo saber por qué estás así?, Por la discusión de esta mañana?- Lucero suspiró profundamente, quería hablar pero las palabras no le salían, sus ojos se llenaron de lágrimas, una de ellas se escapó y la limpió rápidamente.
- No, no es por eso.- respondió con la voz entrecortada.
- Entonces por qué estás así?
- Me quiero ir para la ciudad de México Ya.
- Pero dame una razón, sólo una.
- Que me quiero iiiirrr… eso no es una razón?
- No!
- Pues entonces no sé qué razón darte, solo que me quiero IR.
Margarita entra ignorando la discusión.
- Muchachos el almuerzo ya está servido, Hija ya te sientes mejor?
- Si Margarita, Gracias- Sonrió disimuladamente.
- Bueno los esperamos, ya Los niños están abajo.
- Gracias mamá ya vamos.
- Bajamos? Nos están esperando.
- Entonces no me vas a decir que pasa?- Lucero se volteó lo miró a los ojos.
- NO.

Todos estaban en el comedor disfrutando de lo delicioso que estaba el menú, Fernando y Lucero bajaron, él muy pendiente de ella mientras se acomodaban, pero ella muy seria con él, nadie notaba nada extraño, sabían ocultar muy bien su disgusto. Al ver a Silvia en el comedor, Lucero tragó saliva y se sentó.
- Hija, Ofelia te preparó algo saludable por eso de tus mareos, no vaya siendo que no te estés alimentando bien.
- Gracias, ya me he sentido mucho mejor, por eso me quiero ir para el DF.- Fernando dejó caer sus cubiertos.
- Y eso, por qué, Bonita? – Preguntó de manera que le pudiera responder a todos.
- Porque ya me quiero ir, mi cielo.
- Pero este Lugar es muy lindo y acogedor.- Opinó Ofelia.
- Si Nana, pero ya me hace falta mi casa.
- Sólo eso, Bonita?
- Si, solo eso, Mi Cielo!
Cada uno siguió con su conversación, todos hablaban, todos opinaban de diferentes temas, Lucero y Fernando solo se miraban, ella le alzaba una de sus cejas en señal para que dejara de mirarla.

Al finalizar todos se fueron para la sala, los niños estaban jugando, pero Rafael comenzó a llorar, Lucero lo cargó y decidió subir manifestando que quería dormir un poco, Fernando la siguió, subiendo las escaleras ella le dijo en voz baja:
- Puedo ir sola, tranquilo.
- Pero me puedes decir qué es lo que está pasando?
- Creo que allá abajo alguien más te está esperando.
- Lucero, por favor me explicas.
- No – Siguió subiendo y llegó hasta la habitación de los niños, Fernando entró con ella.- Te dije que quiero descansar.
- Aquí?
- No, vine dejar a Rafael, y voy y me recuesto.
- Aishhh Bueno, no sé qué te pasa, es como si tuvieras cambios hormonales.
- Ja! No te pases.
- No, no me paso, en serio, estás insoportable.
- A si? Entonces baja, en la sala hay alguien a quien si soportas.
- Ay vas a seguir!, Pues si voy a bajar y a decirles a todos que empaquemos, nos vamos esta misma tarde.- Fernando se marchó.
- Fer!! Ainss… Pero no le voy a dar la razón… Jum… Cambios hormonales? (Hablaba sola, consigo misma)
-Mamá!!! Lucero y yo vamos a empacar para irnos esta tarde al DF, diles a los demás si se van o se quedan.
- Qué pasó Hijo? Se puso mal Lucero?
- No, no es eso, pero para su bien es mejor estar allá, no te parece?
- Ok, ya les digo.
- Gracias Ma´

Ante el anuncio, todos decidieron empacar, Margarita y Silvia iban en una Camioneta, Fernando, Lucero, Ofelia y los Niños iban en la otra, ambas camionetas iban vigiladas por un pequeño grupo de guardaespaldas que había dejado Don Antonio. El silencio durante todo el camino se apoderó de la camioneta de Fernando, Ofelia llegó a un punto de sentirse incomoda, decidió iniciar una conversación:
- Mi Niña, cuando lleguemos debemos enviar un arreglo floral a la familia de Mauricio.
- Oye Si! Quiero ir a verlos, bueno a saludarlos.- Fernando iba concentrado en la carretera.
- Pero Lucerito, recuerda que el medico te pidió guardar reposo.
Fernando entre dientes comenta.
- Con lo terca que anda no creo que lo haga.
- Ja!!!- y De nuevo el silencio aparece.

Ya oscureciendo, Todos llegaron a la casa de Don Antonio, ahí entraron y conversaron un poco, Silvia se despidió agradeciendo por no haberla denunciado, aunque aclaró que si iba a servir como testigo en el juicio en contra de Alonso, Margarita abraza fuertemente a sus nietos, su hijo y su nuera, de igual manera se despide, Don Antonio al ver que todos se estaban despidiendo sugiere:
- Si se quedan esta noche aquí?
- Gracias Suegro, pero Queremos descansar, a Lucero ya le hace falta nuestra casa.- Ella los observa en silencio.
- Está bien, si y es mejor por su salud. Pero les puedo pedir un favor?
- Si diga.
- Me pueden dejar a mis nietos?
- Si Papá, pero Ofelia se queda con ustedes para que los cuide. Si Nana?
- Claro Mi Niña.


Asi fue, Ofelia y los niños se quedaron en casa de Antonio, Fernando y Lucero se fueron para su apartamento, en el camino no cruzaron palabra, al llegar Fernando acomodó las maletas en la habitación. Lucero se fue a la cocina y se sirvió un poco de agua, él la busca y la encuentra ahí sola y callada:
- Ahora qué estamos solo si me vas a decir qué sucede.
- Mmm mmm No.
- Qué fue lo que hice?
- Cómo fue que me dijiste? Aaa siii, cambios Hormonales, eso debe ser.
- Lucero, en serio, estás así porque me preocupé al verte con esos mareos.
- Al principio sí, me molestó que me trataras como una niña.
- y Luego?
- Luego qué?
- si Dijiste al principio, es porque hay una segunda parte.
- Nada, me voy a cambiar.- Lucero trato de irse, Fernando la agarró del brazo y acercó a su pecho.
- Ya estuvo No?
- Sueltame Fernando!!!
- No, qué pasa?
- Te dije qué me soltaras.- Forcejeaba con él.
- Me vas a decir por qué estás así?
- Por qué no vas y le preguntas a Silvia?
- Qué?
- Si, esta mañana estaban muy bien abrazados.- él la apretó con sus dos brazos, y con más fuerza hacía su pecho.
- Así?
- Suéltame.
- Dime, así la tenía?
- Fer! Suéltame. – Fernando la besó, ella quería negarse pero su boca no se lo permitió, esos besos la debilitaban.
- Sentiste celos?
- Obviooo No, Me Sueltas?
- Está bien.- él la soltó, ella se giró e iba a tomar un poco de agua, él la abraza por la espalda y comienza a besarle la oreja.
- No Fer.
- Por qué No? –Sus besos continuaban por el cuello, el vaso de agua que Lucero tenía en la mano cae al piso. La Respiración de ambos comienza a acelerarse.
- Es que…
- Dime que no quieres mis besos, mis caricias…- Fernando besaba cada centímetro del cuello de su bonita.
- Fer, por favor…
- Qué? Dime que no me has perdonado y te dejo tranquila.- Lucero se gira y pone sus manos en el pecho de Fernando.
- Y si te digo que ya te perdoné?- Fernando sonríe, la sube a sus caderas, la besa sin control, en esta posición la sube al mesón de la cocina, tumbando la jarra de agua que ahí estaba, desabotona la camisa que ella lleva puesta, se la quita con poca paciencia.
- Quieres que te diga que pasa?
- No, quiero que me lo demuestres. - Fernando fija su mirada en el pecho de Lucero, ella muerde su Labio. Él se quita la camisa, sus besos se enloquecieron en el pecho de Lucero, la baja de aquel mesón y quedan de pie uno frente al otro, ella desabotona el jean de Fernando, pero él se lo quita de un jalón, ella se queda en brasier, prenda que no duró mucho en su lugar, ella se lo desabrocha y lo lanza lejos de ellos, él la abraza y con sus labios baja hasta su abdomen se arrodilla frente a ella, le baja la cremallera con delicadeza, baja el jean, así arrodillado le besa el vientre, ella pone su mano el mentón y le levanta el rostro para que la mire de frente, antes de poner de pie, baja la pequeña tanga que ella lleva puesta, él se levanta, la carga de nuevo en sus caderas, pero esta vez la lleva hasta el comedor, con su brazo tira al piso el centro de mesa, allí la recuesta, el cuerpo de Lucero pedía a gritos tener a Fernando dentro suyo,  Fernando se quita el bóxer y entra en ella, haciendo que ella se agarre con fuerza del orillo de la mesa, el movimiento hacia adentro hacia afuera hacían que ella se retorciera de placer, él acaricia los senos de Lucero, ella no deja de morder sus labios, sin perder el placer él la carga y la lleva hasta uno de los muebles, ahí cae sentado, ella queda ahorcadas sobre él, Lucero se acomoda su cabello para un lado, se queda mirando fijamente a Fernando y ambos sonríen, “Te Amo” le susurra, comienza a hacer movimientos que excitan cada vez más a Fernando, él le acaricia las caderas, le besa sus senos, Lucero se inclina hacia atrás, sin soltarse del cuello de Fernando, de nuevo se acerca a él, abre un poco más sus piernas y es ahí donde ambos tienen la necesidad de gritar de placer, los fuertes suspiros de Lucero en el oído de Fernando, hacen que él quiera más y más, ella no deja de hacer aquellos movimientos, de nuevo ella se deja caer hacía atrás:
- Fer!!- Grita casi sin respiración… él se levanta, como pudo, y se le lleva para la cama, ahí la acuesta, sin antes entrar de nuevo en ella, es aquí donde el ritmo de los movimientos es sin control, Lucero se arquea de placer y con un  grito de placer le expresa a Fernando que ya había alcanzado el clímax, él sale lentamente de ella, pero sigue besando su cuerpo desnudo, besas los senos, el abdomen, se detiene por unos minutos en su vientre, continua bajando y llega ahí, donde quería llegar, Lucero abre un poco la piernas, él con tiernos besos juega con aquella parte intima, su lengua hace un recorrido que nunca antes había hecho, ella le acaricia el cabello, mientras él la hace delirar de placer, de nuevo regresa sus besos hasta el pecho jugando con sus pezones, continua y llega hasta su boca, de nuevo sus besos apasionados, se giran y él quedo boca arriba, ahora es el turno de Lucero inspeccionar el cuerpo de Fernando, besa aquellos pectorales tan bien formados, baja poco a poco hasta su pecho y se regresa, sus bocas pedías un beso tras otro.
- Te Amo.
- Wow, que manera de perdonarme!!!
- Jajajaja.
- Aunque todavía no tengo claro porque era que estabas así.
- Puedo pedirte un favor?
- Dime, Mi Bonita.
- Hablamos de eso mañana, ahora solo quiero estar así contigo, escuchar tu corazón, dormir en tu pecho.
- Eso está muchísimos mejor que hablar jajajaja.

lunes, 24 de noviembre de 2014

Capítulo 103:

-       Subimos?
-       No, No quiero subir de verdad Cielo, me siento bien. – Fernando se acercó a Lucero y la cargó.
-       Vamos!!! Es mejor que estés acostada.
-       Feeer!!! – Margarita se sorprende al ver la situación.
-       Hijo que haces?
-       Ma, cuando llegue el doctor lo envías a la habitación.
-       Está bien.

Al llegar a la habitación Lucero se cruzó de brazos después de ser acostada en la cama:
- Te dije que me siento mejor
- Si pero esos mareos tan seguidos me asustan. Además es por tu bien.
- Pero no era necesario que me subieras así.
- Te portaste como una niña, que terca estabas.
-  Claro que No, solo que me dio rabia que me tratas como si no pudiera ni siquiera caminar.
- Qué? O sea que te enojas cuando trato de cuidarte? Pues me hubieras dicho eso hace mucho, no parecía que te disgustara antes.
- Nooo, aaay todo lo tomas a mal.
- No, lo tomo como es. Mejor Voy a ver si ya llegó el médico.
- Pero que insistente estás con eso del médico, en serio ya me siento Muy bien.- Fernando salió del cuarto y cerró con fuerza la puerta. Lucero puso sus manos en el rostro y suspiró Profundo.- No Me Gusta sentirme Inútil. No me quiero quedar aquí acostada.

Fernando bajó apresuradamente las escaleras:
- Ya llegó el doctor?
- No Hijo, aun no.
- Qué Pasó con Silvia entonces, que se hizo?
- Por qué? Lucero se puso mal de nuevo?
- No Nada, Voy a buscar a Silvia.
- pero Hijo que pasó con Lucero…- Fernando salió sin responder, su Madre quedo en la sala.

Manuel y Sofía luego de asistir al sepelio de Rebeca se fueron al apartamento de Sofía:
-  Manu, Cómo te sientes ?
- No Lo sé… Es como si todo esto fuera una pesadilla.
- Qué pasaría donde aún estuviera Viva?
- Igual, estaría en la cárcel.
- No lo digo en ese sentido, sino en tu vida?
- Ella ya no estaba viva en mi corazón, creo que por ella me sentí atraído mas nunca enamorado, mi corazón sentía necesidad de amor, eso ella nunca me lo brindó.
- y Lucero si lo hizo?
- Si, pero no lo supe apreciar, me dejé seducir por Rebeca.
- Pero ya estabas comprometido con Lucero, ella iba a tener un hijo tuyo.
- Si, pero yo no lo sabía, además me di cuenta que realmente amaba a Lucero fue cuando la vi lejos, cuando ella se fue de aquí, pensaba que el dinero de Lucero era más importante que el amor que ella me demostraba.
- Sé que un día me dijiste que Ahora soy yo la mujer que amas, y que lo que sentías por ella ya no está, ahora la ves como una amiga, pero debes entender que toda esta historia aún ronda mi cabeza. Ella te entregó todo.
- Si, ella se hizo mujer en mis brazos. Y no vayas a sentir que lo recuerdo porque aun la amo, es más quisiera que ese episodio no hubiera existido.
- Qué? Por qué?
- Porque la amé y le hice daño a la vez. (Manuel suspiró y abrazó a Sofía) ven siéntate junto a mí, te voy a contar esto para que estés segura que Te Amo, que tengo mi confianza puesta en ti y quiero que tu confíes totalmente en mí.
- Estás seguro?
- Si… Lucero y yo éramos los novios comunes que ves por los pasillos tomados de la mano, besitos tiernos, yo era el hombre más envidiado, en las clases de música que ambos teníamos, éramos el dueto que más aplaudían. No sé qué me pasó y Rebeca llegó a cegarme, me llevó al punto de convencerme que debía acostarme con Lucero, así la tendría más cerca y su dinero también. Un Día le dije que fuéramos a cenar, Lucero estaba Hermosa, cómo siempre lo ha estado, pero ese día se alisó su cabello, su ropa era un jean y una blusa negra espectacular.
- Manuel, por qué me cuentas esto?
- Porque quiero que sepas que realmente me enamoré de Ti, y que no quiero cometer el mismo error de mi pasado. Puedo seguir? – Sofía asintió con su mirada.- Luego de ir a comer le dije que fuéramos a mi casa, mis padres no estaban, se habían ido de viaje, ella lo dudó un poco pero yo la convencí, llegamos y nos sentamos en la sala al lado de la chimenea, ella se veía nerviosa, luego de unas copas de vino, los besos y las caricias se apoderaron de los dos, la recosté sobre unos cojines, poco a poco y con temor ambos nos desnudamos, la hice mía, o eso creí yo , me duele recordar las lágrimas que ella derramó en ese momento, su corazón latía fuertemente, era una combinación de nervios, amor y dolor, que yo no supe valorar.
- Por qué dices que te duelen sus lágrimas?
- Porque se entregó a un hombre que no la merecía. Su Primera Vez la tuvo con un hombre que solo buscaba su dinero.
- Manuel pero..
- Ella se quedó dormida, el cansancio le ganó, en cambio yo, la dejé ahí, me levanté y llamé a Rebeca a decirle que Ya Lucero se me había entregado y que ya me había dicho que si se quería convertir en mi esposa.
- Por qué hiciste eso?
- Por estúpido, por poco hombre, porque pensé que el dinero era lo más importante.
- Sólo una vez te acostaste con ella?
- Si. Al siguiente día que ella despertó, yo ya estaba listo para irme para clase, ella emocionada me besó y me dijo que había sido una noche muy especial, para mí, en ese momento sólo fue una noche más, días después sentí que había hecho el amor con ella y no tan solo había tenido sexo. Pero aun así seguí mintiéndole, hasta el día de la fiesta de compromiso, cuando todo se supo, bueno, cuando ella lo supo.
- Y Ahora?
- Ahora, ahora me doy cuenta que todo aquello sucedió con un gran propósito, Sí la embarré, pero un Día ella misma me dijo que acabar con ese compromiso fue lo mejor para nuestras vidas.
- Eso te dijo?
- Si, y con mucha razón, ella conoció a Fernando y tiene esos hermosos niños y yo te pude conocer a ti, que has llegado a iluminar mis días.
- Mi Amor y tu llegaste a iluminar la mía.

Fernando se encontró con Silvia:
- No encontré el doctor, es que creo que salió a resolver otra emergencia en el pueblo.
- Bueno, Gracias Tranquila.- Fernando se volteó y se dirigía a recoger su caballo.
- Fer!!
- Si?
- Perdón Fernando…
- Si dime.
- Puedo Hablar contigo?
- Claro.
- Es que quiero darte las gracias.
- Por qué?
- Por no haberme denunciado, por perdonarme, por dejarme quedar aquí mientras todo esto se calma un poco; Fernando te quiero pedir perdón.
- Tranquila Silvia…
- No Fernando, no estoy tranquila hasta que me digas que me perdonas, sé que actué muy mal al no decirte nada.
- Silvia te agradezco que protegieras a mis hijos.
- Pero no me perdonas?
- Veo que tu arrepentimiento es sincero, lo demostraste al cuidar de José Miguel y Rafael, al estar pendiente de la Salud de Lucero. Si Claro que te perdono, Pero te quiero dejar muy claro que Amo a Lucero y por nada en el mundo eso va cambiar.
- Si Fernando eso lo entendí muy bien, y pierde cuidado, Yo respeto ese lindo hogar que han conformado. Te puedo pedir un Ultimo Favor?
- Cual sería?
-       Me puedes regalar un abrazo? – En ese momento Lucero se levantó de su cama y salió al balcón.
-       Claro!!- Silvia se acercó a Fernando y  se abrazaron 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Capitulo 102:

-Gracias por amarme de esta manera.
- No Mi Bonita eso no se agradece, Yo soy el que te debo dar las gracias por dejarme sentir tu cuerpo y dejarte amar.

Silvia escuchaba recostada a la puerta, las lágrimas corrieron por sus mejillas, aún sentía algo por Fernando, pero había entendido que él ya estaba con Lucero. Bajó las escaleras y Margarita subía con los niños:
- Encontraste a Fernando y Lucero?
- No.
- No? No estaban en el cuarto?
- Si, pero la puerta está cerrada, deben estar descansando, No quise interrumpir.
- Entiendo.

Fernando besó la frente de Lucero:
- Me hacías falta.
- Nos Hacíamos falta.
- Si pero no hablo solo de esto, hablo de ti, de tu presencia, verte sonreír.
- Estaba Preparada para lo peor. Pensé que no te volvería a ver ni a ti ni a los niños.
- Dejemos de hablar de eso, Hablemos del presente y de todos los planes que quiero realizar contigo.
- Cómo cuales Señor Colunga?
- Bueno Señora de Colunga, por ahora quiero consentirte, mimarte hasta saber que estás mejor.
- Pero lo estoy, no ves?
- Si, pero…- En ese momento algunas nauseas comenzaron a generar molestia en Lucero. Ella de inmediato tapó su boca con su mano- Qué pasa?
- Nada…
- Qué te pasa?
- Nada, Solo fue un mareo y nauseas, debe ser por lo débil que estoy.
- Viste, y luego de hacer el amor quedaste más débil, Voy a traerte algo de fruta.
- No, Voy a darme una ducha y…- el mareo continuó.
- Ves?, ven vamos y nos duchamos juntos, luego bajo por frutas, estás muy débil.
- Pero me ayudas a levantarme por favor?
- Claro!!! Cómo diga la Princesa.

Manuel y Sofía fueron hasta la funeraria donde estaban velando a Rebeca, Su madre 
estaba ahí junto con otras personas, muy pocas en realidad.
- Manuel!!
- Señora, lo siento.
- Yo sabía que mi hija no estaba en nada bueno, desde que regresaron a México y se separó de ti, ella cambió demasiado.
- Es que ella…
- Lo sé Manuel, ella fue quien secuestró a Lucero, las noticias corren y más cuando se trata de la familia Hogaza que es tan conocida en este país.
- Exacto.
- También me enteré que mi Rebeca secuestró a los dos hijos de Lucero.
- Señora es que…
- Déjame hablar Manuel, yo sé que mi hija no fue una Santa Paloma, me duele ver cómo acabó ella misma con su vida, dejó todo por destruir una familia, esa no fue la niña que yo eduqué. En qué Momento Manuel se me salió Rebeca de las manos? – La mujer comenzó a llorar abrazada a Manuel, Sofía bajó su rostro al presenciar la dolorosa escena.

-Voy a subir los niños para que vayan a ver a sus papás.
- No No, señora Margarita, si quiere puedo jugar con ellos unos minutos.
- Silvia pero sabes que vas a estar vigilada.
- Si Señora, ya sé que me quiere decir, y tranquila no le haré daño a estos pequeñines.
- Está bien, voy a buscar a Ofelia para saber que será para la hora de almuerzo.
- Ok.

Mientras Fernando y Lucero se duchaban cada uno acariciaba el cuerpo del otro, el agua caía sobre ellos, Fernando besaba la frente de Lucero:
- Fer.
- Dime Bonita.
- Me Amas?
- Lo Dudas?
- No, sino que quiero escucharlo de nuevo.
- Claro mi Vida que Te Amo, amo que estés a mi lado compartiendo mis días, ahora dime Tu me Amas?
- No Sé si esto es amor…
- Qué?
- No Te Asustes, es que esto debe ir más allá del amor, lo que siento por ti supera ese sentimiento, me has llenado de Felicidad y Fortaleza, y aunque pasamos por momentos difíciles siempre has estado a mi lado.
- Wow – Con Un Beso apasionado callaron sus labios.

Se Terminaron de Duchar, Fernando cargó a Lucero y la llevó a la cama, ella lo orientaba para qué él buscara su ropa. Ambos se vistieron, Lucero quería salir a caminar y ver jugar a los niños.
-Estás segura que te sientes fuerte para bajar?
- Fer, tuve fuerzas para hacer el amor contigo, crees que no me siento capaz de bajar las escaleras?
- Jajajaja, Solo decía.
- Jajajajaja Ay Mi Cielo, Tú y tus ocurrencias.
 

Silvia jugaba con los niños en la sala, al Bajar poco a poco las escaleras Lucero lo notó y comenzó a susurrarle a Fernando:
- Qué hace ella con los niños?
- Tranquila, recuerda que fue ella quien los cuidó y se escapó con ellos.
- Pero, Mi Cielo.
- No Te Preocupes, no les hará daño.
- Seguro?
- Siiii Bonita.
- Bueno, Voy a confiar en ti.
- Jajaja como siempre…
- Si- Le dio un delicado beso. Terminaron de bajar y llegaron hasta donde estaban jugando:
- Mamiiiii- Corrió José Miguel a los brazos de Lucero, ella se agachó lo acarició pero no lo cargó, no se sentía con la fuerza necesaria para hacerlo, el niño siguió jugando con su hermanito
- Hola Lucero, Cómo Sigues?
- Mejor, Gracias Silvia
- Gracias a ustedes por no denunciarme.- Lucero de nuevo se sintió mareada, Se sentó lentamente:
- De Nuevo el mareo?
- Algo, sentí que se me oscureció el mundo por unos segundos.
- Si quieren llamó a un médico- comentó Silvia.
- No!
- Si!
- Bueno a quién le hago caso?
- A mi Silvia, ve y llama al médico y de paso por favor dile a mi mamá o a Ofelia que vengan aquí.
- Listo Fernando.
- Tu si exageras, es solo un mareo.
- Solo un mareo? Esto me tiene Preocupado- Margarita y Ofelia llegaron en ese momento.
- Qué sucede Mi Niña?
- Nada Nana, Fernando es un exagerado, solo me dio un simple mareo y listo.
- Voy a llevar los niños arriba, La Señora Margarita se queda con ustedes.
- No Nana, Ya estoy bien, déjalos aquí, quiero verlos jugar.
- Luego que te revise el médico lo harás.
- Todos son unos exagerados, no me pasa nada.
- Pareces una Niña. – Reprochó Fernando.
- Bueno ya. No van a pelear por eso o si? – les preguntó Margarita, Ambos se silenciaron. Fernando se volteó
- ¡¡Bueno y Silvia qué pasa que no aparece con el médico!!
- Debe ser que se fue hasta el puesto de salud a Buscarlo, y caminando- Respondió con ironía Lucero.
- Ja! Tan chistosa.
Margarita sólo sonreía al ver la escena que estaba presenciando, su hijo y su nuera parecían dos niños.

viernes, 14 de noviembre de 2014

Capítulo 101:

-Perdón que los interrumpa.
- Sigue mamá qué pasa?
- Es que vinieron para informar que el cuerpo de Mauricio será enviando a la Ciudad de México.- Todos quedaron en silencio, Lucero no aguanto las lágrimas las cuales corrieron por su rostro. José Miguel en su inocencia pregunta:
- Mami y por qué Mauricio se fue?-  Fernando se levantó y cargó al niño en sus brazos.
- Ven Campeón te explico- Lucero seca sus lágrimas, Margarita se acerca a ella.
- Perdón por mi imprudencia.
- Tranquila, y le informaron a su familia?
- Si, Ya tu Padre se encargó de eso. Creo que el sepelio será mañana.
-  Me duele mucho que todo esto haya terminado así.
- No pienses en eso, ahora debes pensar en tu hogar, tus hijos.
- Si, eso es Cierto. Sabes tuve un sueño algo extraño, no sé si sería a causa de la fiebre.
- Que soñaste?
- No es muy claro, Vi a José Miguel y a Rafael muy elegantes, ya grandesitos, luego una jovencita hermosa vestida de princesa, no entendía muy bien, pero mis hijos la llevaban cada uno de brazo.
- Una quinceañera?
- Siiii, y Todo ocurría como en la aurora, me sentía feliz de verlos así, .- Margarita sonrió al escucharla
- Lucero, ante tanto problema siempre hay una luz que nos alegra.
- Es verdad, pero sigo sin entender. – Fernando llega de nuevo con José Miguel.
- Mami, ya mi pa’ me dijo que Mauricio se fue a viajar muuuuy lejos, pero desde donde está nos cuida a ti, a papi, a Rafa y a mí.
- Así es mi Príncipe. – Margarita cargó al Pequeño Rafael y le extendió la mano a José Miguel.
- Vamos a Jugar con la abuela?
- Siiiii.
- Los dejo, voy a jugar con estos pequeños, ustedes necesitan descansar.- Ella salió y Fernando se acostó de nuevo al lado de Lucero, tomando su mano y pasándola por su propia mejilla.
- Cómo te sientes?
- No lo sé…
- Eso es extraño…
- Si, pero es que de salud me siento bien, bueno, mejorada; ver a los niños me ha llenado de ánimo, verte a ti al despertar me hace sentir amada, pero por otra parte me siento mmmm triste.
- Te entiendo mi Bonita, todo esto ha sido una situación difícil, Pero vas a ver que te voy a consentir mucho mucho y esa hermosa Sonrisa que me encanta deslumbrará nuevamente.- Lucero Sonrió-  Eso!!! Esa Sonrisa. – La besó tierna y apasionadamente.

Manuel muy de mañana se regresó a la Ciudad de México, se contactó con Sofía, le informó todo lo sucedido:
- Avisarás a la Familia de Rebeca?
- Si Mi Amor, creo que es lo único que puedo hacer.
- Si, tienes razón, puedo preguntarte algo?
- Claro.
- Te duele?
- Si, pero no es porque la ame, sino porque nunca la conocí, nunca vi el monstruo que realmente era.
- Y ya la perdonaste?
- Creo que sí.
- Mi Amor, no debes guardar rencor, ahora debemos pensar en una nueva vida juntos, tú y yo.
- Así será Sofía, Te amo y Gracias por entenderme en estos momentos.


-Lucero.
- Dime, Mi Cielo.
- Ayer cuando tenías temperatura deliraste.
- Jajajaja eso es normal, no?
- Si, pero no te acuerdas de nada de lo que decías?
- No, creo que no, o no lo sé… por qué? Dije algo malo?
- Pues no sé si será malo, es que mencionaste a una niña, que corriera, que la alcanzara, que no la dejara sola.
- Ay Mi Cielo no tengo ni idea, no recuerdo nada.
- Bueno, no te preocupes, Voy por tu desayuno ya vengo.
- Fernando!!!
- Dime.
- No me dejes sola.
- Qué pasa? Tienes miedo?
- Nooo, no es eso,  Solo que quiero que te quedes aquí conmigo, abrazándome.
- Pero y tu desayuno?
- Ya mi Nana luego lo subirá.
- Está Bien. – Fernando regresó a la cama, ambos comenzaron a recordar momentos de su historia de amor, y cómo lo había dicho Lucero, Ofelia subió con su desayuno, Fernando acomodó bien la pequeña mesa, la nana los dejó solos nuevamente, él era quien le daba desayuno en la boca, jugaban como niños, sonreían, el desayuno terminó, Lucero se levanta lentamente:
- Qué haces, ven vamos a de nuevo a la cama.- Le decía Fernando tomando su mano.
- Ay no, no quiero.
- Pero debes guardar reposo.
- Pero ya estoy cansada de estar acostada.- Fernando la abraza por la espalda.
- Bueno, está bien, levántate, pero sólo unos minutos.
- Fer!!
- Ajá.
- Tú me quieres hacer el amor verdad?
- Jajajaja, Nunca he dejado de quererlo.
- Pero yo me refiero ahora
- y a qué se debe tu pregunta?
- Porque yo sí quiero…
- Estás segura?, Estás muy débil, no quiero lastimarte…- Lucero volteó y con su dedo silenció a Fernando.
- Quiero sentirme entre tus brazos, me haces falta.
- Yo muero por hacerte el amor, pero y …
- Yo estoy bien te lo aseguro.- Fernando la besó tiernamente, la cargó en sus brazos con delicadeza y la dejó acostada en la cama, luego de asegurar la puerta, quita su camisa y regresa hasta donde Lucero. 

Besa su frente, ella sonríe, luego va hasta sus piernas, ella lo observa y muerde su labio inferior, él besa lentamente las largas Piernas de Lucero, sus besos continúan, llega hasta el abdomen aun besandola por encima de la corta pijama, la cual le quita con delicadeza, susurrando a su oído le pregunta: “¿Estás Segura?”, Ella lo besa y entre besos le responde con un “Si, Mi Cielo”. Fernando se levanta y se quita el pantalón, ella no le quita la mirada, él la recuesta, Besa cada centímetro de su pecho, su boca continua el recorrido, baja al ombligo, prosigue, al llegar al panty se detiene y con sus dientes lo comienza a Bajar, lo termina de quitar con sus manos, aquel recorrido no se detuvo ahí, sus labios besaban con pasión la zona V de Lucero, ella empuñaba las sábanas, Fernando se levanta, quita su bóxer, y cae de nuevo sobre su esposa, ambos desnudos, solo se podía notar el movimiento de sus cuerpos, una lágrima recorre la mejilla de Lucero, Fernando la nota y la seca con su pulgar:
- Te estoy lastimando…- Ella Sonríe, acaricia la espalda de su esposo.
- No, Te amo, es lo que importa.
- Lo que importa es que estés bien.
- Lo Estoy.

Las manos de Lucero recorren la espalda y las nalgas de Fernando, él entra suavemente lo que hace que ella exhale un suspiro profundo. Se llenan de placer el uno al otro, Lucero entierra su uñas en la espalda de Fernando. Ambos sonríen. Aquella mañana se había convertido en la mejor medicina para Lucero.
- Te Lastimé? – Le pregunta acariciándole el rostro.
- No, Mi Cielo, todo estuvo hermoso.

Silvia terminó de desayunar, se encuentra con Margarita y los niños:
- Cómo amaneciste?
- Un Poco más tranquila.
- Que Bueno.
- Y Fernando?
- Está arriba con Lucero.
- Será qué puedo subir a hablar con ellos?
- Creo que sí, Ya Ofelia le subió el desayuno a Lucero supongo que ya ella terminó.
- Gracias, Permiso.
Silvia subió y al llegar a la puerta del cuarto…




martes, 11 de noviembre de 2014

Capítulo 100:

-Mi Cielo, esa es la voz de…
- Tranquila, yo salgo – Fernando se asomó al balcón de la habitación. Rebeca estaba de brazos abiertos con un arma en la mano y con su blusa manchada de sangre, la lluvia caía sobre ella.
- Estoy llamando a Lucero, por qué sales tú? – Los hombres que cuidaban la entrada le apuntaban.
- Entrégate Rebeca, ya no tienes salida.
- Dile a Tu esposa que salga. – Lucero como pudo se levantó de la cama, cogió la bolsa de suero y se asomó.
- No lo hará.
- Jajajaja mira a tu espalda, ya salió tu Lucerito.- Fernando volteó y vio ahí a Lucero.
- Lucero éntrate, esta mujer está armada.
- Quiero saber qué es lo que quiere.
- Lucero, pensé que te estabas muerta. – Ella no respondía, solo escuchaba – Pero mejor que no lo estás, así podré matarte y verte caer desde aquí.
Rebeca apuntó su arma directamente para donde estaba Lucero, todos los hombres estaban atentos a cualquier movimiento. Todos en la casa despertaron, Manuel corrió y salió:
- Qué pretendes Rebeca?
- es que el Ex también está aquí… Qué Familia taaan Unida.
- Deja de ser ridícula y suelta el arma.
- Vete Manuel que contigo no tengo nada en contra.
- Y No que decías amarme?- Manuel trataba de acercarse a ella.
- Lo decía pero no lo sentía.- Cargó su arma y levantó los brazos, se escucha un disparo, cae Rebeca al piso, uno de os hombres había disparado entes que ella lo hiciera. Lucero abraza de inmediato a Fernando, la impresión había sido muy fuerte:
- Fer!!!- él solo cerró sus ojos y agachó el rostro.
- Entremos bonita.
Ambos entraron, él la ayudó a acomodarse de nuevo en su cama.
- No quería que alguien más muriera.
- Lo sé Mi Vida, pero todo se dio de esta manera, no te alteres.
- No me pidas eso, Rebeca por años fue mi amiga y a pesar del daño que nos causó me duele ver como, como…
- Lucero, por favor, recuerda que no has estado bien de salud.
- Estoy bien…
- No lo estás, voy a bajar para ver que han hecho, quédate aquí, por favor.
- Pero…
- Pero nada, te quedas aquí.

Fernando bajó y toda la familia se encontraba en la sala:
- Cómo está Lucero?
- Ofelia!! Un poco intranquila pero estable.
- Puedo subir?
- Si Claro, te lo agradezco.

Ofelia entró a la habitación y notó a Lucero algo acongojada:
- Mi Niña…
- Nana!!! – Lucero suelta en llanto en el hombro de la mujer que quería como una madre.- Todo esto es mi culpa.
- No mi Niña, no digas eso, todo esto sucedió porque esa mujer se dejó llevar por la envidia.
- Pero es que mira, Mauricio murió y ahora Rebeca. Ya no quiero más muertes.
- No las habrán, tranquila.

A la Hacienda llegó un grupo de policías a indagar por lo sucedido, Fernando explicó testificando, aunque estaba un poco airado pues las autoridades habían llegado demasiado tarde, pues ambas muertes se habrían podido evitar. El cuerpo de Rebeca fue levantado legalmente y de igual manera dieron parte de la detención de Alonso. Manuel estaba en una silla con las manos en su cabeza, Silvia se acerca:
- Te dolió verdad?
- Si, no te lo puedo negar, no pensé que iba a terminar de esa manera.
- Ella se lo buscó.
- Lo sé, pero fue duro verla caer a unos centímetros de donde yo estaba.
- Ahora me voy a entregar, es mi turno de confesar mi complicidad.
- Qué? Y Ya hablaste con Fernando?
- No pero esta es mi decisión… Gracias por no juzgarme.
- Tranquila, yo sé que vas a estar bien, hiciste que los niños regresaran sanos.
Silvia se levantó de ahí y se dirigió hasta donde estaban los policías, Fernando la vio acercarse:
- Agente, ella fue quien logró rescatar a mis hijos.
- Qué? Noooo…
- Si, Gracias a Ti, ni Alonso ni Rebeca le hicieron daño a los niños.
- Fernando es que…
- Ella estaba con ellos como una niñera forzada.- Los policías escucharon atentos, 
Fernando aclaró las cosas dejando saber que a pesar que Silvia había estado con ellos no había participado por voluntad propia.


Lucero logró conciliar el sueño, Ofelia cuidaba de ella, Fernando entró y le susurró un “Gracias” a la nana, ella salió y él se acostó a su lado. Los demás fueron a dormir cada uno en su habitación. La Noche transcurrió, la mañana llegó. Lucero despertó primero, vio a Fernando dormido a su lado, acarició su rostro:
- Gracias a Dios, tú sigues a mi lado- Fernando abrió los ojos.
- Bonita estas bien?
- Creo que sí.
- Te ves hermosa.
- No mientas.
- No lo hago.
- Quiero ver a los niños. – En ese momento entra Ofelia con Rafael en brazos y José Miguel grita:
- Sorpresa Mami!!
- Jajajaa Mis Campeones.
- Mami, Ya quería verte.
- Y yo a ustedes, Príncipe.
- Qué es eso que tienes en la mano.
- Esto? Bueno esto es para que mami esté bien.
- Papi, tu sabes mami porque estaba enferma?
- Si Campeón, pero al verlos a ustedes Mami está Mejor, cierto Mi Bonita?
- Siiiiii, Ven Nana pásame a Rafa…
Ofelia dejó al niño en los brazos de su madre, salió de la habitación, Fernando y Lucero juguetearon un rato con sus hijos, Margarita entró al rato, traía una noticia para ellos…

lunes, 10 de noviembre de 2014

Capítulo 99:

En ese momento entra un médico, Fernando se pone de pie y le muestra a Lucero:
-Doctor, está muy débil, ha tenido mucha fiebre.
- Tranquilo, la revisaré lo mejor es no moverla de aquí.
- Está bien Doctor, lo dejo voy a ver a mis hijos.
- Siga.

Fernando salió del cuarto y fue a ver a sus pequeños hijos.
- Papiiiiii…- Lo Recibió José Miguel abierto de brazos.
- Ven acá campeón.
- Y Mami?
- Tu mami está acostada en su cama.
- No nos quiere ver?
- Claro que si…
- Vamos!!!
- No Jose Miguel, es que mami tiene mucho sueño y está cansada, entonces ella quiere dormir un poco.
- Bueno. Y los señores malos ya no volverán?
- Señores Malos?
- Si Así dijo Silvia, los señores malos, esos que nos hacían llorar a Rafael y a mi.
- Mmmmm Ya, No Hijo, no volverán, y sabes dónde esta Silvia?
- Si, está con mi Abue Margarita.
- Campeón ve a jugar con Rafael ahora vuelvo, Listo?
- Va!!!

Margarita había terminado de hablar con Silvia, Manuel era quien estaba con ella:
- Por qué involucrarse en esto?
- Te lo juro, cuando me ví en esto ya estaba hasta el cuello, no sabía cómo zafarme.
- Pero es que se llevaron también a los niños.
- Si lo sé, pero ese no era el plan, creo que cada uno tenía un plan diferente.
- Cuál era el tuyo?
- No lo sé, Creo que pensaba que Alonso se escaparía llevándose a Lucero y Fernando iba a quedar Libre, pero cuando me encargaron a los niños me di cuenta que los planes de cada uno eran diferentes al del otro.
- No Pensaste en que Fernando ama a Lucero por encima de la maldad?
- Claro que lo pensé, me dejé llevar por el paraíso que me pintó Rebeca con su super plan, me embaucó y no lo sé, me cegué, me cegué bobamente.
- Y Rebeca? La Atraparon?
- Quedó Herida – Comentó Fernando.
- Fernando, cómo herida?
- Si Manuel, me estaba apuntando con un arma, en un forcejeo con ella disparó y cayó al suelo, fui a buscar ayuda y fue cuando Alonso…
- Alonso qué?
- Le disparó a Mauricio…
- Per él ya está en el centro de Salud?
- No Silvia, murió.- Todos se sorprendieron, Antonio iba entrando en ese momento conociendo la noticia pues uno de los hombres lo había informado. Margarita llevaba un té en las manos el cual dejó caer al piso de la impresión.
- Cómo que Mauricio Murió?
- Si Mamá, Alonso lo mató.
- Y Rebeca?- Antonio se acerca a los demás y él es quien responde.
- Se escapó!!!
- No puede ser!!! Cuando yo la dejé estaba herida, no se podía ni mover.
- Fernando, los hombres no la encuentran, dejó un rastro de Sangre, al parecer, subió a una camioneta y se marchó.
- Maldita Sea!
- Tranquilo Hijo.
- No Mamá no voy a estar tranquilo hasta que esa mujer no aparezca. – Fernando subió lleno de ira, se tranquilizó un poco, entró a la habitación de los niños y ya ellos estaban dormidos, luego entró a la suya.
- Doctor, cómo esta ella?
- Deshidratada, además le fiebre la hace delirar, ya tiene el suero inyectado en su mano, debe ser muy cuidadoso en su estado.
- Y qué debo hacer ahora?
- No Dejar que la fiebre aumente, fueron varios días sin comer bien, además el llanto y la humedad del lugar donde estaba fueron factores influyentes para que se enfermara de esta manera.
- Pero se va a recuperar?
- Si, pero es de mucho cuidado, puede recaer, y como le dije en su estado es peligroso…
- Gracias Doctor.
El Doctor bajó y dio algunas indicaciones de los cuidados que debían tener con Lucero, Margarita escuchó atentamente, Antonio daba órdenes para que los hombres buscaran a Rebeca, Manuel y Silvia seguían conversando. La Noche llegó rápidamente. Ofelia logró comunicarse y hablar con Margarita quien le informó lo que estaba sucediendo, Ofelia se preocupó de tal manera que al colgar, empacó su maleta, y se marchó directo a la Hacienda.

Todo en la hacienda estaba en silencio, poco a poco comenzó a llover, Fernando no descuidaba ni un segundo a Lucero, Margarita cuidaba de los niños, Silvia descansaba en uno de las habitaciones de huéspedes y Manuel en otra.
Lucero en su delirio y confusión fraseaba cosas con poco sentido:
- No, es mía, no la vayas a matar… Fernando ven por la niña… Mi Cielo, corre, ve por ella.
Fernando estaba en un mueble, se acercó un poco a ella y notó que estaba bañada en sudor, con un paño húmedo comenzó a ponerlo en su frente para tratar de bajar la fiebre.
- Bonita, aquí estoy, no tengas miedo todo va estar bien. De cuál niña estarás hablando?
- Fer, mis hijos, cuídalos.
- Bonita, debes tranquilizarte, Duerme.- Lucero logró conciliar el sueño, la fiebre bajó poco a poco.

Silvia en la habitación se quedó pensativa mirando al techo, puso sus manos sobre la cabeza:
- Dios en qué locura me he metido!?... Sé que debo pagar por esto, por el daño que causé, ayúdame Dios a ser fuerte y aceptar mi culpa.

Se escucha llegar un auto, Ofelia había llegado en un taxi y entró rápidamente, Margarita bajó a recibirla:
- No Pensé que te vendrías hoy mismo.
- Debía hacerlo Señora Margarita, Mi Niña me necesita.
- Te entiendo, pero Ya Fernando está con ella, mejor descansa que el viaje debió ser agotador.
- Si, está bien, pero cualquier cosa no dude en llamarme de una vez.
- Si Ofelia como digas.


Llegada la medianoche cada uno estaba en su habitación, Lucero mostraba mejoría, lentamente abrió sus ojos, observó a Fernando dormido, algo incómodo, en un mueble, ella sonrió un poco al verlo así, movió su mano y sintió dolor pues se lastimó donde tiene puesta la aguja.
- Ausshhh!!! Auuuhhh!!! – Susurró, Pero Fernando, a pesar de estar “dormido” se levantó inmediatamente al escuchar a Lucero.
- Qué pasa Bonita? Estás bien?
- Perdón, te desperté.
- No, dime qué te duele?, no me digas que la fiebre regresó?
- No, Tranquilo, solo es esto que me está molestando. Pero sigue durmiendo todo está bien.
- No, No, No, si algo te duele debo estar pendiente.
- Mi Cielo estoy bien te lo aseguro. Sabes qué necesito?
- Qué? Y salgo a buscarlo de una…
- No es necesario, lo que yo necesito es un beso del hombre que amo.
- Haberlo dicho antes… - Fernando se acercó a Lucero y le dio un tierno y amoroso beso. Ambos sonrieron pero alguien a las afueras de la casa Principal comenzó a gritar:
- LUCERO!!!! Sal de tu Castillo!!!... Lucerooooo.

viernes, 7 de noviembre de 2014

Capítulo 98:

Él se interpone entre Fernando y Alonso, Cae lentamente con un disparo en el pecho, los hombres que acompañaban a Mauricio llegaron y lograron atrapar a Alonso que quedó perplejo después de haber disparado, Lucero se acerca mientras Fernando recuesta la Cabeza de Mauricio en sus piernas.
- Creo que logramos atraparlo Fernando.
- No Hables Mauricio, Todo va estar Bien.
- Perdón por no cuidar bien de su esposa.
- Mira cómo estás, me salvaste la vida y Lucero también está a salvo.
- Fernando Puedo Decirle algo a su Esposa? – Fernando asintió y Lucero se acercó llorando…
- Lucero, *Cof* *Cof* puedo pedirle un favor?
- Mauricio no hables mucho…
- Puedo?
- Fer, debemos ir por ayuda…
- Ya los Hombres fueron, allá vienen otros…- Mauricio tomo la mano de Lucero y la puso en su corazón
-Lucero escúcheme…
- Dime Mauricio
- Este latido que aún se logra sentir, se enamoró de usted.
- Mauricio por favor no hables más…
- Déjeme Lucero, déjeme decirle todo esto que callé por tanto tiempo.- Lucero puso su otra mano en el pecho de Mauricio, las lágrimas recorrían sus mejillas y caían al rostro de su guardaespaldas, Fernando sólo observaba la situación pero esta vez no sentía celos- Déjeme decirle que me enamoré de la Gran Mujer que usted es, Fernando es el más afortunado al tener una esposa tan linda.
- Mauricio, vas a estar bien, por eso debes mantenerte en silencio, no demora en llegar ayuda.
-Lucero no me quiero morir sin sentir sus labios sobre los míos- Lucero levantó el rostro y miró a Fernando, sus ojos también estaban empañados de lágrimas, Ella no sabía qué hacer, Fernando le sonrió y con su mirada le dio la aprobación para besar a Mauricio. Ella lo besó, un beso sencillo, suave y delicado.- Saben a miel.- Dijo saboreando sus labios.
- Ya deja de Hablar, por favor.
- Ya me puedo morir tranquilo.
- Nooooo, Feeeer ayudaloooo.- Fernando trató de alzarlo.
- No, no, tranquilos – La Sangre comenzó a notarse en la boca de Mauricio y casi sin fuerzas asegura- Heridas como esta son mortales.
- Lucha, Lucha por tu vida- Suplicaba Lucero cubriendo la herida.
- Fernando, Cuídela; Gracias Lucero por permitirme morir enamorado.-Sonrió y Murió.
- Nooooo, No Mauricio, esto es mi culpaaaaaa, Fer haz que abra los ojos. Feeer no lo dejes morir.
- Bonita, mi Bonita ven. – Fernando acomodó la cabeza de Mauricio, abrazó a Lucero quien lloraba como una niña en el pecho de Fernando.
- Mauricio!!! Nooooo!!! Todo es mi Culpa…- Lucero abraza a Mauricio, sin consuelo llora sobre su cuerpo; llegan los demás hombres, Fernando se levanta y les muestra la casa donde habían estado cautivos:
- Allá hay una mujer herida.- Lucero al escuchar eso se sorprende…
- Qué!!!???
- Rebeca salió herida.- Un grupo de hombres corrieron a la casa, otros levantaban el cuerpo de Mauricio.
- Fer, a qué horas sucedió todo esto?
- No Lo sé Mi Bonita. Solo sé que estas a mi lado y eso me llena de fortaleza.
- Quiero ver a mi hijos ya, quiero dormir y pensar que todo fue una pesadilla…
- Ay Lucero pero…
- Si ya sé, Mi Cielo, esto es real.- Fernando la abrazó, la debilidad de su cuerpo era notoria, él la cargó y la llevó en los brazos hasta donde se encontraba una camioneta.

Los hombres encontraron rastros de sangre por la sala de la casa, Rebeca no estaba donde Fernando había dicho. A las afueras, Ellos inspeccionaron, notaron huellas de las llantas de una camioneta.
- Corran se nos escapó la mujer, ustedes busquen por allá y ustedes por aquí!!!

Manuel se enteró de lo sucedido y se dirigió hasta la Hacienda, allí se encontró con Antonio quien llegaba de inspeccionar una parte del lugar, él le comentó que era lo que estaba sucediendo:
- Y las autoridades no saben nada Antonio?
- Si ya dimos aviso a la capital, ya vienen en camino.
al entrar a la casa vieron a Silvia y a Margarita en la sala, todo era muy confuso:
- Qué hace ella aquí?
- Trajo a los niños?
- A mis nietos?
- Si…
- y Lucero? Dónde están Lucero y Fernando?
- Señor yo le puedo explicar pero por favor déjeme hablar sin juzgarme.
- Qué pasó con Mi Hija?
Silvia, al igual que lo había hecho con Margarita, le explicó a Antonio cómo habían sucedido las cosas.


Fernando llega apresurado con Lucero en brazos:
- Hijo!!! Qué le pasó a Lucero?
- Mamá acomoda la alcoba principal, Lucero está débil.
- Fernando dime que mi hija está bien.
- Lo estará si actuamos rápido. La Fiebre está aumentando.
- Iré por un médico- Interviene Manuel.
- Manuel qué haces aquí?... Bueno ve por favor urgente.

Todos subieron y acomodaron a Lucero en la cama, Margarita y Fernando la desvistieron, quitándole aquella sucia pijama y le pusieron una limpia.
- y tu hijo, estas bien?
- Lo estaré cuando vea que Lucero está consciente; Mamá y mis hijos?
- Están en su cuarto.
- Ahora voy con ellos.
- Está bien hijo, voy por agua caliente ya vengo.
Fernando observaba a Lucero, su rostro estaba pálido y sus labios maltratados. Él estaba arrodillado junto a la cama, le acariciaba el cabello a su bonita:
- Mi Amor debes ser fuerte; hemos salido de muchas juntos; Yo sé que tú puedes, hazlo por Jos y por Rafa… Te Acuerdas cuándo nos conocimos?, Cuándo nos besamos en la Biblioteca de la Universidad? O cuándo íbamos al Hotel?... Bonita, No te me vayas, debes ser fuerte, Hay muchas cosas qué aún nos quedan por vivir junto a nuestros Hijos.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Capítulo 97:

Rebeca corrió hasta donde estaba Alonso:
-No encuentro a Silvia, se escapó con los niños…
- y Fernando Con Lucero…
- Que??? No puede ser!!!
- LOS VES??? Se fueron… corre vamos a buscarlos…

Rebeca corrió a buscar su arma pero no la encontró, Fernando logró alejarse y descargó a Lucero unos metros a las afuera de la casa, recostándola a un árbol…
- Fer, Los niños?
- Debo regresar por ellos, Prométeme que vas a estar bien, debes esperarme consciente…
Lucero asintió con su cabeza… Fernando se regresó en busca de sus hijos.

Margarita bañó a sus nietos, los recostó a cada uno en su cuna, pidió a dos hombres que los cuidaran mientras ella bajaba a hablar con Silvia.
- Ahora si me vas a decir Qué es lo que está pasando?
- Señora se lo juro que todo esto se me salió de las manos…
- Qué es todo? La Desaparición de Lucero?
- Si Señora…
- Habla Niña por Dios…
Silvia le contó a Margarita el plan que se había llevado a cabo, asegurándole siempre que ella llegó hasta la hacienda Obligada.

Mauricio y sus hombres recorrían el lugar con precaución, decidieron separarse, Mauricio continuó el recorrido llegando hasta el lugar donde se encontraba Lucero.
- Lucero!!! Está Bien?
- Tengo mucha sed.- Mauricio le dio algo de agua y logró abrigarla pues corría un frío viento.
- Está Bien? Esta Consiente?
- Si, creo que la fiebre ha bajado un poco.
- Venga la llevo conmigo.
- No!!
- Por que?
- Y Fernando!!! debo esperarlo, él está buscando a los niños.
- Qué? Se regresó?
- Si, no podíamos dejar los niños.
- Los Niños están en la Hacienda.
- Qué? Ahora Fernando se fue a meter a la boca del Lobo.
- Qué Hago? Por una parte no la puedo dejar aquí sola y por otra Tengo que ir a buscar a Fernando.
- Podemos Ir Juntos.
- No, usted está muy débil.
- Es el amor de Mi vida, Mauricio vamos!!
- Segura?
- Completamente, sólo ayúdame a levantarme de aquí.

Fernando Logró llegar a la casa, buscó a los niños por todas partes sin encontrar rastro de ellos, no sabía que pensar, muchas ideas venían a su cabeza, pensaba en qué de pronto Los habían llevado otro lugar, o que Silvia se había escapado con ellos, pero lo peor que él pensaba es que les hubieran hecho daño, en ese instante se encuentra con Rebeca
- Dónde están Los Niños?
- Dónde está Lucero?
- A Salvo.
- Por qué dañaste así nuestros planes? Si hubieras aprovechado todo esto, te podrías haber quedado con su dinero, con su trabajo y conseguir alguien más joven.
- No Me Interesa nada de eso, Dime dónde tienes a mis hijos?
- Ya No Puedes hacer nada.
- Maldita sea Rebeca, Dónde están Los Niños? – Rebeca en ese instante saca su arma y apunta a Fernando.
- Ya no los volverás a ver.
- Jum, No seas tan ilusa, no pretendas que me vaya a detener por tus amenazas.
- No Te Acerques Fernando, tú no me conoces, ni conoces mis alcances.- Fernando se acercó para quitarle el arma, ambos comenzaron a forcejear, de repente se escucha un disparo.

El disparo alarmó a Mauricio y a Lucero:
- Qué fue eso?
- Se escuchó como un…
- Un disparo?
- Si Lucero, Un disparo.
- Qué Hacemos? Allá debe estar Fernando!! Mauricio ahí viene Alonso!!!
- Escóndase.
- No, debo buscar a Fernando.
- Lucero por favor.
- Mauricio No, no quiero.

Rebeca cae al suelo, Fernando la abraza tratando de auxiliarla, luego observa sus manos manchadas de sangre:
- Rebeca… Rebeca… Vamos no te dejes morir.
- No Fernando, esto no depende de mi…
- Voy a buscar ayuda…
- Dejame morir, eso no era lo que estabas buscando?
- Claro que no!!! Lo que quiero es que nos dejes en paz.
- Dentro de poco lo lograrás, no ves que muero.
- Nooo, ya vengo, voy a buscar ayuda…

Alonso llegó hasta donde estaba Mauricio y Lucero:
- Esto es un Regalo de Dios, Te Encontré Lucerito lindo.- La Mirada de odio de Lucero se centró en Alonso. Mauricio sacó su arma y le apuntó.
- Deja en paz a Lucero.
- Y este qué? Me piensas matar si no?
- Ganas no me faltan, pero eso sería premiarte.
- Qué quieres que me arrodille y te ruegue que no me mates?- Alonso lanzó una patada y tumbó el arma de Mauricio, él le respondió con un puño, la pelea continuó los golpes eran de parte y parte, Lucero lograba gritar con su voz un poco gastada. Fernando logró visualizar aquella escena y corrió hasta el lugar; Alonso con un fuerte puño logró dejar tirado en el piso a Mauricio, aún consiente…
- ALONSO!!!- Grito Fernando al ver que Alonso sacó un arma de la parte de atrás de su pantalón y le apunta a Mauricio.
- Aléjate o le disparo- Lucero se encontraba arrodillada en el piso llorando.
- Por qué lo quieres matar a él, si él que te hace estorbo soy Yo?
- Tienes mucha Razón – Ahora el arma apuntaba hacia Fernando, Lucero se levantó y trató de caminar un poco pero su cuerpo no se lo permitió, al caer de nuevo al suelo le suplicó a Alonso:
- No Lo hagas, me iré contigo, pero a ellos no les hagas nada.
- Eso no me convence Lucero, quién me asegura que este no aparecerá luego.
- Yo te lo aseguro, baja el arma y vámonos.
- No Lucero, Si te vas conmigo serás solo mia, mia, solo mia.


Alonso continuaba apuntando con su arma a Fernando, Mauricio trataba de levantarse poco a poco, Fernando abrió los brazos:
- Que Cobarde eres!!! Recurrir a todo esto por ganar el amor de una mujer.
- Cállate…
- Qué? Si Me vas a matar Tienes que escuchar mis Últimas palabras.
Alonso cargó su arma, apuntó directamente:
- Pues ya las dijiste – Mauricio logró levantarse y Alonso disparó.