-Perdón que los interrumpa.
- Sigue mamá qué pasa?
- Es que vinieron para informar que el cuerpo de Mauricio será enviando a la Ciudad de México.- Todos quedaron en silencio, Lucero no aguanto las lágrimas las cuales corrieron por su rostro. José Miguel en su inocencia pregunta:
- Mami y por qué Mauricio se fue?- Fernando se levantó y cargó al niño en sus brazos.
- Ven Campeón te explico- Lucero seca sus lágrimas, Margarita se acerca a ella.
- Perdón por mi imprudencia.
- Tranquila, y le informaron a su familia?
- Si, Ya tu Padre se encargó de eso. Creo que el sepelio será mañana.
- Me duele mucho que todo esto haya terminado así.
- No pienses en eso, ahora debes pensar en tu hogar, tus hijos.
- Si, eso es Cierto. Sabes tuve un sueño algo extraño, no sé si sería a causa de la fiebre.
- Que soñaste?
- No es muy claro, Vi a José Miguel y a Rafael muy elegantes, ya grandesitos, luego una jovencita hermosa vestida de princesa, no entendía muy bien, pero mis hijos la llevaban cada uno de brazo.
- Una quinceañera?
- Siiii, y Todo ocurría como en la aurora, me sentía feliz de verlos así, .- Margarita sonrió al escucharla
- Lucero, ante tanto problema siempre hay una luz que nos alegra.
- Es verdad, pero sigo sin entender. – Fernando llega de nuevo con José Miguel.
- Mami, ya mi pa’ me dijo que Mauricio se fue a viajar muuuuy lejos, pero desde donde está nos cuida a ti, a papi, a Rafa y a mí.
- Así es mi Príncipe. – Margarita cargó al Pequeño Rafael y le extendió la mano a José Miguel.
- Vamos a Jugar con la abuela?
- Siiiii.
- Los dejo, voy a jugar con estos pequeños, ustedes necesitan descansar.- Ella salió y Fernando se acostó de nuevo al lado de Lucero, tomando su mano y pasándola por su propia mejilla.
- Cómo te sientes?
- No lo sé…
- Eso es extraño…
- Si, pero es que de salud me siento bien, bueno, mejorada; ver a los niños me ha llenado de ánimo, verte a ti al despertar me hace sentir amada, pero por otra parte me siento mmmm triste.
- Te entiendo mi Bonita, todo esto ha sido una situación difícil, Pero vas a ver que te voy a consentir mucho mucho y esa hermosa Sonrisa que me encanta deslumbrará nuevamente.- Lucero Sonrió- Eso!!! Esa Sonrisa. – La besó tierna y apasionadamente.
- Sigue mamá qué pasa?
- Es que vinieron para informar que el cuerpo de Mauricio será enviando a la Ciudad de México.- Todos quedaron en silencio, Lucero no aguanto las lágrimas las cuales corrieron por su rostro. José Miguel en su inocencia pregunta:
- Mami y por qué Mauricio se fue?- Fernando se levantó y cargó al niño en sus brazos.
- Ven Campeón te explico- Lucero seca sus lágrimas, Margarita se acerca a ella.
- Perdón por mi imprudencia.
- Tranquila, y le informaron a su familia?
- Si, Ya tu Padre se encargó de eso. Creo que el sepelio será mañana.
- Me duele mucho que todo esto haya terminado así.
- No pienses en eso, ahora debes pensar en tu hogar, tus hijos.
- Si, eso es Cierto. Sabes tuve un sueño algo extraño, no sé si sería a causa de la fiebre.
- Que soñaste?
- No es muy claro, Vi a José Miguel y a Rafael muy elegantes, ya grandesitos, luego una jovencita hermosa vestida de princesa, no entendía muy bien, pero mis hijos la llevaban cada uno de brazo.
- Una quinceañera?
- Siiii, y Todo ocurría como en la aurora, me sentía feliz de verlos así, .- Margarita sonrió al escucharla
- Lucero, ante tanto problema siempre hay una luz que nos alegra.
- Es verdad, pero sigo sin entender. – Fernando llega de nuevo con José Miguel.
- Mami, ya mi pa’ me dijo que Mauricio se fue a viajar muuuuy lejos, pero desde donde está nos cuida a ti, a papi, a Rafa y a mí.
- Así es mi Príncipe. – Margarita cargó al Pequeño Rafael y le extendió la mano a José Miguel.
- Vamos a Jugar con la abuela?
- Siiiii.
- Los dejo, voy a jugar con estos pequeños, ustedes necesitan descansar.- Ella salió y Fernando se acostó de nuevo al lado de Lucero, tomando su mano y pasándola por su propia mejilla.
- Cómo te sientes?
- No lo sé…
- Eso es extraño…
- Si, pero es que de salud me siento bien, bueno, mejorada; ver a los niños me ha llenado de ánimo, verte a ti al despertar me hace sentir amada, pero por otra parte me siento mmmm triste.
- Te entiendo mi Bonita, todo esto ha sido una situación difícil, Pero vas a ver que te voy a consentir mucho mucho y esa hermosa Sonrisa que me encanta deslumbrará nuevamente.- Lucero Sonrió- Eso!!! Esa Sonrisa. – La besó tierna y apasionadamente.
Manuel muy de mañana se regresó a la Ciudad de México, se
contactó con Sofía, le informó todo lo sucedido:
- Avisarás a la Familia de Rebeca?
- Si Mi Amor, creo que es lo único que puedo hacer.
- Si, tienes razón, puedo preguntarte algo?
- Claro.
- Te duele?
- Si, pero no es porque la ame, sino porque nunca la conocí, nunca vi el monstruo que realmente era.
- Y ya la perdonaste?
- Creo que sí.
- Mi Amor, no debes guardar rencor, ahora debemos pensar en una nueva vida juntos, tú y yo.
- Así será Sofía, Te amo y Gracias por entenderme en estos momentos.
- Avisarás a la Familia de Rebeca?
- Si Mi Amor, creo que es lo único que puedo hacer.
- Si, tienes razón, puedo preguntarte algo?
- Claro.
- Te duele?
- Si, pero no es porque la ame, sino porque nunca la conocí, nunca vi el monstruo que realmente era.
- Y ya la perdonaste?
- Creo que sí.
- Mi Amor, no debes guardar rencor, ahora debemos pensar en una nueva vida juntos, tú y yo.
- Así será Sofía, Te amo y Gracias por entenderme en estos momentos.
-Lucero.
- Dime, Mi Cielo.
- Ayer cuando tenías temperatura deliraste.
- Jajajaja eso es normal, no?
- Si, pero no te acuerdas de nada de lo que decías?
- No, creo que no, o no lo sé… por qué? Dije algo malo?
- Pues no sé si será malo, es que mencionaste a una niña, que corriera, que la alcanzara, que no la dejara sola.
- Ay Mi Cielo no tengo ni idea, no recuerdo nada.
- Bueno, no te preocupes, Voy por tu desayuno ya vengo.
- Fernando!!!
- Dime.
- No me dejes sola.
- Qué pasa? Tienes miedo?
- Nooo, no es eso, Solo que quiero que te quedes aquí conmigo, abrazándome.
- Pero y tu desayuno?
- Ya mi Nana luego lo subirá.
- Está Bien. – Fernando regresó a la cama, ambos comenzaron a recordar momentos de su historia de amor, y cómo lo había dicho Lucero, Ofelia subió con su desayuno, Fernando acomodó bien la pequeña mesa, la nana los dejó solos nuevamente, él era quien le daba desayuno en la boca, jugaban como niños, sonreían, el desayuno terminó, Lucero se levanta lentamente:
- Qué haces, ven vamos a de nuevo a la cama.- Le decía Fernando tomando su mano.
- Ay no, no quiero.
- Pero debes guardar reposo.
- Pero ya estoy cansada de estar acostada.- Fernando la abraza por la espalda.
- Bueno, está bien, levántate, pero sólo unos minutos.
- Fer!!
- Ajá.
- Tú me quieres hacer el amor verdad?
- Jajajaja, Nunca he dejado de quererlo.
- Pero yo me refiero ahora
- y a qué se debe tu pregunta?
- Porque yo sí quiero…
- Estás segura?, Estás muy débil, no quiero lastimarte…- Lucero volteó y con su dedo silenció a Fernando.
- Quiero sentirme entre tus brazos, me haces falta.
- Yo muero por hacerte el amor, pero y …
- Yo estoy bien te lo aseguro.- Fernando la besó tiernamente, la cargó en sus brazos con delicadeza y la dejó acostada en la cama, luego de asegurar la puerta, quita su camisa y regresa hasta donde Lucero.
- Dime, Mi Cielo.
- Ayer cuando tenías temperatura deliraste.
- Jajajaja eso es normal, no?
- Si, pero no te acuerdas de nada de lo que decías?
- No, creo que no, o no lo sé… por qué? Dije algo malo?
- Pues no sé si será malo, es que mencionaste a una niña, que corriera, que la alcanzara, que no la dejara sola.
- Ay Mi Cielo no tengo ni idea, no recuerdo nada.
- Bueno, no te preocupes, Voy por tu desayuno ya vengo.
- Fernando!!!
- Dime.
- No me dejes sola.
- Qué pasa? Tienes miedo?
- Nooo, no es eso, Solo que quiero que te quedes aquí conmigo, abrazándome.
- Pero y tu desayuno?
- Ya mi Nana luego lo subirá.
- Está Bien. – Fernando regresó a la cama, ambos comenzaron a recordar momentos de su historia de amor, y cómo lo había dicho Lucero, Ofelia subió con su desayuno, Fernando acomodó bien la pequeña mesa, la nana los dejó solos nuevamente, él era quien le daba desayuno en la boca, jugaban como niños, sonreían, el desayuno terminó, Lucero se levanta lentamente:
- Qué haces, ven vamos a de nuevo a la cama.- Le decía Fernando tomando su mano.
- Ay no, no quiero.
- Pero debes guardar reposo.
- Pero ya estoy cansada de estar acostada.- Fernando la abraza por la espalda.
- Bueno, está bien, levántate, pero sólo unos minutos.
- Fer!!
- Ajá.
- Tú me quieres hacer el amor verdad?
- Jajajaja, Nunca he dejado de quererlo.
- Pero yo me refiero ahora
- y a qué se debe tu pregunta?
- Porque yo sí quiero…
- Estás segura?, Estás muy débil, no quiero lastimarte…- Lucero volteó y con su dedo silenció a Fernando.
- Quiero sentirme entre tus brazos, me haces falta.
- Yo muero por hacerte el amor, pero y …
- Yo estoy bien te lo aseguro.- Fernando la besó tiernamente, la cargó en sus brazos con delicadeza y la dejó acostada en la cama, luego de asegurar la puerta, quita su camisa y regresa hasta donde Lucero.
Besa su frente, ella sonríe,
luego va hasta sus piernas, ella lo observa y muerde su labio inferior, él besa
lentamente las largas Piernas de Lucero, sus besos continúan, llega hasta el
abdomen aun besandola por encima de la corta pijama, la cual le quita con
delicadeza, susurrando a su oído le pregunta: “¿Estás Segura?”, Ella lo besa y
entre besos le responde con un “Si, Mi Cielo”. Fernando se levanta y se quita el
pantalón, ella no le quita la mirada, él la recuesta, Besa cada centímetro de
su pecho, su boca continua el recorrido, baja al ombligo, prosigue, al llegar
al panty se detiene y con sus dientes lo comienza a Bajar, lo termina de
quitar con sus manos, aquel recorrido no se detuvo ahí, sus labios besaban con
pasión la zona V de Lucero, ella empuñaba las sábanas, Fernando se levanta,
quita su bóxer, y cae de nuevo sobre su esposa, ambos desnudos, solo se podía
notar el movimiento de sus cuerpos, una lágrima recorre la mejilla de Lucero,
Fernando la nota y la seca con su pulgar:
- Te estoy lastimando…- Ella Sonríe, acaricia la espalda de su esposo.
- No, Te amo, es lo que importa.
- Lo que importa es que estés bien.
- Lo Estoy.
- Te estoy lastimando…- Ella Sonríe, acaricia la espalda de su esposo.
- No, Te amo, es lo que importa.
- Lo que importa es que estés bien.
- Lo Estoy.
Las manos de Lucero recorren la espalda y las nalgas de Fernando, él entra suavemente lo que hace que ella exhale un suspiro profundo. Se llenan de placer el uno al otro, Lucero entierra su uñas en la espalda de Fernando. Ambos sonríen. Aquella mañana se había convertido en la mejor medicina para Lucero.
- Te Lastimé? – Le pregunta acariciándole el rostro.
- No, Mi Cielo, todo estuvo hermoso.
Silvia terminó de desayunar, se encuentra con Margarita y
los niños:
- Cómo amaneciste?
- Un Poco más tranquila.
- Que Bueno.
- Y Fernando?
- Está arriba con Lucero.
- Será qué puedo subir a hablar con ellos?
- Creo que sí, Ya Ofelia le subió el desayuno a Lucero supongo que ya ella terminó.
- Gracias, Permiso.
Silvia subió y al llegar a la puerta del cuarto…
- Cómo amaneciste?
- Un Poco más tranquila.
- Que Bueno.
- Y Fernando?
- Está arriba con Lucero.
- Será qué puedo subir a hablar con ellos?
- Creo que sí, Ya Ofelia le subió el desayuno a Lucero supongo que ya ella terminó.
- Gracias, Permiso.
Silvia subió y al llegar a la puerta del cuarto…
No hay comentarios:
Publicar un comentario