martes, 11 de noviembre de 2014

Capítulo 100:

-Mi Cielo, esa es la voz de…
- Tranquila, yo salgo – Fernando se asomó al balcón de la habitación. Rebeca estaba de brazos abiertos con un arma en la mano y con su blusa manchada de sangre, la lluvia caía sobre ella.
- Estoy llamando a Lucero, por qué sales tú? – Los hombres que cuidaban la entrada le apuntaban.
- Entrégate Rebeca, ya no tienes salida.
- Dile a Tu esposa que salga. – Lucero como pudo se levantó de la cama, cogió la bolsa de suero y se asomó.
- No lo hará.
- Jajajaja mira a tu espalda, ya salió tu Lucerito.- Fernando volteó y vio ahí a Lucero.
- Lucero éntrate, esta mujer está armada.
- Quiero saber qué es lo que quiere.
- Lucero, pensé que te estabas muerta. – Ella no respondía, solo escuchaba – Pero mejor que no lo estás, así podré matarte y verte caer desde aquí.
Rebeca apuntó su arma directamente para donde estaba Lucero, todos los hombres estaban atentos a cualquier movimiento. Todos en la casa despertaron, Manuel corrió y salió:
- Qué pretendes Rebeca?
- es que el Ex también está aquí… Qué Familia taaan Unida.
- Deja de ser ridícula y suelta el arma.
- Vete Manuel que contigo no tengo nada en contra.
- Y No que decías amarme?- Manuel trataba de acercarse a ella.
- Lo decía pero no lo sentía.- Cargó su arma y levantó los brazos, se escucha un disparo, cae Rebeca al piso, uno de os hombres había disparado entes que ella lo hiciera. Lucero abraza de inmediato a Fernando, la impresión había sido muy fuerte:
- Fer!!!- él solo cerró sus ojos y agachó el rostro.
- Entremos bonita.
Ambos entraron, él la ayudó a acomodarse de nuevo en su cama.
- No quería que alguien más muriera.
- Lo sé Mi Vida, pero todo se dio de esta manera, no te alteres.
- No me pidas eso, Rebeca por años fue mi amiga y a pesar del daño que nos causó me duele ver como, como…
- Lucero, por favor, recuerda que no has estado bien de salud.
- Estoy bien…
- No lo estás, voy a bajar para ver que han hecho, quédate aquí, por favor.
- Pero…
- Pero nada, te quedas aquí.

Fernando bajó y toda la familia se encontraba en la sala:
- Cómo está Lucero?
- Ofelia!! Un poco intranquila pero estable.
- Puedo subir?
- Si Claro, te lo agradezco.

Ofelia entró a la habitación y notó a Lucero algo acongojada:
- Mi Niña…
- Nana!!! – Lucero suelta en llanto en el hombro de la mujer que quería como una madre.- Todo esto es mi culpa.
- No mi Niña, no digas eso, todo esto sucedió porque esa mujer se dejó llevar por la envidia.
- Pero es que mira, Mauricio murió y ahora Rebeca. Ya no quiero más muertes.
- No las habrán, tranquila.

A la Hacienda llegó un grupo de policías a indagar por lo sucedido, Fernando explicó testificando, aunque estaba un poco airado pues las autoridades habían llegado demasiado tarde, pues ambas muertes se habrían podido evitar. El cuerpo de Rebeca fue levantado legalmente y de igual manera dieron parte de la detención de Alonso. Manuel estaba en una silla con las manos en su cabeza, Silvia se acerca:
- Te dolió verdad?
- Si, no te lo puedo negar, no pensé que iba a terminar de esa manera.
- Ella se lo buscó.
- Lo sé, pero fue duro verla caer a unos centímetros de donde yo estaba.
- Ahora me voy a entregar, es mi turno de confesar mi complicidad.
- Qué? Y Ya hablaste con Fernando?
- No pero esta es mi decisión… Gracias por no juzgarme.
- Tranquila, yo sé que vas a estar bien, hiciste que los niños regresaran sanos.
Silvia se levantó de ahí y se dirigió hasta donde estaban los policías, Fernando la vio acercarse:
- Agente, ella fue quien logró rescatar a mis hijos.
- Qué? Noooo…
- Si, Gracias a Ti, ni Alonso ni Rebeca le hicieron daño a los niños.
- Fernando es que…
- Ella estaba con ellos como una niñera forzada.- Los policías escucharon atentos, 
Fernando aclaró las cosas dejando saber que a pesar que Silvia había estado con ellos no había participado por voluntad propia.


Lucero logró conciliar el sueño, Ofelia cuidaba de ella, Fernando entró y le susurró un “Gracias” a la nana, ella salió y él se acostó a su lado. Los demás fueron a dormir cada uno en su habitación. La Noche transcurrió, la mañana llegó. Lucero despertó primero, vio a Fernando dormido a su lado, acarició su rostro:
- Gracias a Dios, tú sigues a mi lado- Fernando abrió los ojos.
- Bonita estas bien?
- Creo que sí.
- Te ves hermosa.
- No mientas.
- No lo hago.
- Quiero ver a los niños. – En ese momento entra Ofelia con Rafael en brazos y José Miguel grita:
- Sorpresa Mami!!
- Jajajaa Mis Campeones.
- Mami, Ya quería verte.
- Y yo a ustedes, Príncipe.
- Qué es eso que tienes en la mano.
- Esto? Bueno esto es para que mami esté bien.
- Papi, tu sabes mami porque estaba enferma?
- Si Campeón, pero al verlos a ustedes Mami está Mejor, cierto Mi Bonita?
- Siiiiii, Ven Nana pásame a Rafa…
Ofelia dejó al niño en los brazos de su madre, salió de la habitación, Fernando y Lucero juguetearon un rato con sus hijos, Margarita entró al rato, traía una noticia para ellos…

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