-Que haces?.
-Perdón.
-Manuel, esto es lo que temía.
-Que? Que te reconquistara?
-No Manuel no me has Reconquistado, lo que temía es que te ilusionaras tu conmigo y con mi hijo, entiende te acepto como mi amigo, nada más.
-Lucero, debes dejar de pensar en Fernando, hace 5 meses que pasó su accidente y tu sigues esperando que aparezca.
-Si, llévame a mi casa por favor.
-No Lucero, debemos hablar.
-Me llevas o me voy en Taxi, dame a José Miguel.
-Bueno está Bien, te llevo, pero debemos dialogar bien después.
-Perdón.
-Manuel, esto es lo que temía.
-Que? Que te reconquistara?
-No Manuel no me has Reconquistado, lo que temía es que te ilusionaras tu conmigo y con mi hijo, entiende te acepto como mi amigo, nada más.
-Lucero, debes dejar de pensar en Fernando, hace 5 meses que pasó su accidente y tu sigues esperando que aparezca.
-Si, llévame a mi casa por favor.
-No Lucero, debemos hablar.
-Me llevas o me voy en Taxi, dame a José Miguel.
-Bueno está Bien, te llevo, pero debemos dialogar bien después.
Cuando llegaron a su casa Lucero no deja que Manuel se
baje del auto:
-Manuel Gracias por todo, hasta Luego.
-Lucero debemos hablar no?
-No.- Ella cerró la puerto del auto y se dirigió a su casa.
Manuel aceleró y se marchó. Al entrar Lucero a su casa acuesta a José Miguel en la cuna, ella se recuesta en su cama:
-Mi Niña estas bien?
-Nana!! Si nana, cansada solo eso.
-Qué Te Sucede?.
-Ya te dije, Cansada- Lucero voltea su cuerpo, dándole la espalda a Ofelia y cubriéndose con una sábana.
-Sé qué te pasa algo Mi Niña-Lucero mira a Ofelia con sus ojos empañados.
-Nana estoy cansada, es en serio, cansada de esperar, quiero alejarme un poco de la ciudad, he querido ir a la hacienda.
-La hacienda?, Mi Niña eso te hará daño.
-No Nana, debo enfrentar todo lo que me recuerda a Fernando, para mantenerlo vivo al menos en mis pensamientos.
-pero José Miguel y yo Vamos contigo.
-No, quiero ir sola, tu por favor cuidas a mi Hijo.
-Pero… Bueno y cuando piensas ir?
-Mañana o pasado.
-Manuel Gracias por todo, hasta Luego.
-Lucero debemos hablar no?
-No.- Ella cerró la puerto del auto y se dirigió a su casa.
Manuel aceleró y se marchó. Al entrar Lucero a su casa acuesta a José Miguel en la cuna, ella se recuesta en su cama:
-Mi Niña estas bien?
-Nana!! Si nana, cansada solo eso.
-Qué Te Sucede?.
-Ya te dije, Cansada- Lucero voltea su cuerpo, dándole la espalda a Ofelia y cubriéndose con una sábana.
-Sé qué te pasa algo Mi Niña-Lucero mira a Ofelia con sus ojos empañados.
-Nana estoy cansada, es en serio, cansada de esperar, quiero alejarme un poco de la ciudad, he querido ir a la hacienda.
-La hacienda?, Mi Niña eso te hará daño.
-No Nana, debo enfrentar todo lo que me recuerda a Fernando, para mantenerlo vivo al menos en mis pensamientos.
-pero José Miguel y yo Vamos contigo.
-No, quiero ir sola, tu por favor cuidas a mi Hijo.
-Pero… Bueno y cuando piensas ir?
-Mañana o pasado.
-Lucero debe pensar que estoy muerto.
-Y si la llama?.
-No Recuerdo Números
-Una Red Social?
-si si tengo pero aun así no recuerdo la contraseña, Pero podemos salir a la ciudad y buscar un agente de la policía o alguien que nos ayude.
-Pero y su salud?
-Mira estoy bien, y estaré mejor si logro ver a mi familia.
-Y si la llama?.
-No Recuerdo Números
-Una Red Social?
-si si tengo pero aun así no recuerdo la contraseña, Pero podemos salir a la ciudad y buscar un agente de la policía o alguien que nos ayude.
-Pero y su salud?
-Mira estoy bien, y estaré mejor si logro ver a mi familia.
Abie y Fernando se fueron a la ciudad, las autoridades
que habían dado por muerto a Fernando enviaron comunicado a México, de igual manera
reportaron la aparición, Fernando se fue de nuevo con Abie, para despedirse de
la Familia y agradecerles por lo que habían hecho con él, Mientras Fernando se
despedía, Abie traducía a su familia, ambos fueron y alistaron la poca ropa que
tenía:
-Me Puedes llevar a la embajada?
-Fernando yo…
-Dime Abie.
-Usted ha sido el hombre mas lindo que yo he visto, mejor dicho…
-Te Enamoraste de Mi.
-Si, Pero tranquilo, acepto que usted tiene su familia allá en su país y que usted muere por besar a su esposa y abrazar a su hijo.
-Si, así es, Mira te agradezco que hayas hecho todo esto por mi, y de verdad te tomé mucho aprecio, pero ya, dime que lo entiendes, no me quiero ir de aquí dejando tu coranzoncito roto.
-Claro que lo entiendo, y no se preocupe, qué estaré bien.
-Fernando yo…
-Dime Abie.
-Usted ha sido el hombre mas lindo que yo he visto, mejor dicho…
-Te Enamoraste de Mi.
-Si, Pero tranquilo, acepto que usted tiene su familia allá en su país y que usted muere por besar a su esposa y abrazar a su hijo.
-Si, así es, Mira te agradezco que hayas hecho todo esto por mi, y de verdad te tomé mucho aprecio, pero ya, dime que lo entiendes, no me quiero ir de aquí dejando tu coranzoncito roto.
-Claro que lo entiendo, y no se preocupe, qué estaré bien.
Abie acompañó a Fernando hasta la embajada, allí se
despidió de él con un fuerte abrazo, los hombres que lo esperaban le dijeron
que en México muchas personas lo creían muerto, pues ese fue el reporte de
parte de ellos al no encontrarlo, esa tarde hicieron todos los papeleos
necesarios para que Fernando regresara a su país.
En México era media noche, por este motivo los anuncios
de los agentes no fueron reportados de inmediato a la familia.
Al otro día Lucero hizo una pequeña maleta, se despidió
de José Miguel y de su Nana, su padre se encontraba en un viaje de negocios.
-Nana, cuídalo muy bien, sabes que es la luz de mis ojos.
-Si Mi niña, así lo haré, Prométeme que tendrás mucho cuidado, hace mucho que no manejas esa camioneta.
-Nana, Tranquila apenas llegue a la hacienda te llamo.
-Nana, cuídalo muy bien, sabes que es la luz de mis ojos.
-Si Mi niña, así lo haré, Prométeme que tendrás mucho cuidado, hace mucho que no manejas esa camioneta.
-Nana, Tranquila apenas llegue a la hacienda te llamo.
“Una
vez más, venció el amor
una vez más me duele el corazón
me duermo esperando
verte al regresar
aún sabiendo que ya nunca volverás
te voy a amar.”
una vez más me duele el corazón
me duermo esperando
verte al regresar
aún sabiendo que ya nunca volverás
te voy a amar.”
Al llegar se baja de su camioneta, siente nostalgia al
ver el que un día fue su nido de amor, aquel lugar donde por primera vez se
entregó a Fernando.
Lucero entra, las lágrimas recorren su rostro, Llama a su
nana para avisar que ya había llegado, Pero en la Ciudad alguien también
llegaba en ese momento.
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